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DOBLE LLAVE – En una ocasión anterior Pedro Ávila Aka / DJ Pedro Navaja nos compartió sobre el tema de cómo estaba evolucionando el desempeño profesional del oficio y su contribución al diseño de experiencias colectivas como arquitecto cultural. Ahora nos habla de sus experiencias y sobre la identidad latina en los EE.UU., de cómo el perreo se convirtió en un fenómeno cultural.

«Cuando llegué a Houston con la idea de lanzar Invasión Perreo, tenía claro que el perreo ya no era únicamente un ritmo o una pista repetitiva de reguetón. Era una declaración. En cada golpe de bajo y en cada coro, escuchaba la voz de una comunidad que se busca a sí misma, en este caso en una ciudad grande y diversa. Entendí que, más allá del entretenimiento, había un mapa afectivo, que el perreo ayudaba a dibujar quiénes somos, de dónde venimos y con quién queremos bailar la vida».

-El reguetón y el perreo nacieron fuera del centro, muchas veces en los márgenes, con una estética cruda que no pedía permiso. Ese origen le da una fuerza particular, su capacidad de transformar lo privado en colectivo, lo cotidiano en celebración. En Estados Unidos, ese pulso encontró nuevas capas. La diáspora latina lo reinterpretó en barrios, clubes y festivales donde los acentos se mezclan y los recuerdos se cruzan. El perreo se convirtió en un puente entre países y generaciones, un escenario donde el lenguaje corporal reemplaza discusiones sobre pureza o etiquetas.

Pedro Ávila Aka / DJ Pedro Navaja describe su compromiso de apoyo para que bailemos la vida positivamente y nuestra coreografía social no se descontrole (Fuente de esta imagen referencial: Romina Veliz en Unsplash)

«Como DJ, veo ese fenómeno con claridad en las pistas. El público no solo reacciona a una canción; se reconoce en ella. Cuando entran los primeros compases de un clásico, aparece la memoria, una adolescencia en Maracaibo, una tarde en San Juan, una noche en Barranquilla, un verano en Miami. El perreo, con su estructura rítmica directa y su conexión inmediata, funciona como una llave para abrir esos archivos emocionales y ponerlos en común».

Invasión Perreo nació para ordenar ese impulso en una experiencia curada. No se trata de poner reguetón toda la noche sin criterio; se trata de construir un relato. Selecciono tracks que dialogan entre épocas, lo que nació en el underground y lo que suena hoy en el mainstream. Conecto dembow con dancehall, reguetón clásico con nuevas corrientes electrónicas, sin perder el código del perreo: cadencia, sensualidad y complicidad. La pista responde cuando la narrativa hace sentido. No es una lista de éxitos; es una coreografía social.

«En Houston, esa dinámica tiene matices propios. Es una ciudad con una población latina en expansión, atravesada por la influencia mexicana, caribeña y sudamericana. El perreo ahí no es homogéneo. Hay quienes llegan buscando letras contundentes y ritmos densos; hay quienes prefieren híbridos con afrobeat o house. Mi tarea es escuchar ese mosaico y proponer un set que haga que todos se sientan invitados, sin diluir la identidad del perreo. Ese equilibrio no es una concesión, es una lectura profesional del público y del momento».

-En cada evento, observo cómo la pista construye comunidad. Grupos que no se conocían terminan compartiendo espacio, risa y sudor. La coreografía que se arma improvisada tiene un patrón: cercanía, respeto, celebración. Un buen perreo establece reglas no escritas donde el consentimiento y el disfrute son centrales. Como DJ y curador, me corresponde resguardarlas. La energía que se libera debe sostenerse en la confianza del espacio. Por eso cuido transiciones y picos, para que la intensidad sea administrada, y no descontrolada. La fiesta es una experiencia que se guía.

El perreo dialoga con la industria sin perder su ADN

«Me interesa subrayar cómo el perreo dialoga con la industria sin perder su ADN. Lo que antes fue marginado hoy ocupa listas globales y festivales enormes. Esa masividad trae oportunidades y riesgos. La oportunidad de recursos y visibilidad para artistas y DJs que antes estaban fuera del radar. El riesgo es homogeneizar el sonido, convertir la cultura en producto plano. La respuesta correcta está en la curaduría, para preservar la diversidad de fuentes, rescatar lo local, darle espacio a lo emergente, y recordarle al público que el perreo es más grande que su versión de radio».

La técnica del DJ es clave para sostener esa narrativa. Un set de perreo no se limita a la velocidad o a lo “pegajoso”. Trabaja la dinámica, respiraciones, silencios, breaks que generan expectativa, capas de percusión que elevan sin saturar. El perreo funciona mejor cuando se le da lugar al cuerpo para decidir y no se empuja la pista al límite constantemente. Cuando la transición está pensada, el público siente que la fiesta es una conversación y no una imposición.

Competencia y colaboración

«El futuro del perreo en la diáspora latina pasa por la colaboración. DJs, productores y promotores pueden elevar el estándar si comparten bibliotecas, remixes, técnicas de mezcla y datos sobre audiencia. La competencia existe, pero la cultura crece cuando hay intercambio. Me interesa que Invasión Perreo sea también una plataforma para talentos nuevos que trabajan el género con visión y sensibilidad. Cuando esa red se activa, la ciudad lo siente. Surgen más propuestas, más calidad y más pertenencia».

-Yo mezclo beats, pero lo que realmente sostengo es el espacio para que esa pertenencia suceda y cada vez que ocurre, confirmo que el perreo es un lenguaje, y lo hablamos juntos.

Bio de Pedro Ávila Aka, autor y creador de estos conceptos

El perreo dialoga con la industria sin perder su ADN, enfatiza DJ Pedro Navaja

DJ Pedro Navaja / Pedro Ávila Aka cuenta con casi dos décadas de trayectoria que iniciaron en 2005 como DJ residente en el icónico Rastabar de Maracaibo, Venezuela, donde se consolidó como figura clave de la movida nocturna local y participó en importantes eventos y festivales respaldados por marcas reconocidas.

En 2018, tras más de una década de éxitos, fue galardonado con el Premio Mara de Oro Internacional, distinción que celebró sus 12 años de carrera en la escena musical nacional e internacional. Ese mismo año se trasladó a Miami, donde firmó con la productora MAG Miami, se integró a la vibrante vida nocturna de la ciudad y se desempeñó como DJ residente en el club La Otra.

Tras la pandemia, en 2021 se estableció en Houston, Texas, donde lanzó el innovador concepto Invasión Perreo bajo la marca WE GOTTA PARTY, convirtiéndolo rápidamente en un referente cultural para la comunidad latina.

Redes @djpedronavaja

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