DOBLE LLAVE – El presidente de Chile, el conservador Sebastián Piñera, reiteró este lunes 8 de febrero su intención de “ordenar la casa” frente a la situación de crisis migratoria que viven desde hace unas semanas algunas localidades del norte del país, en la frontera con Bolivia.
“Queremos que Chile sea un país abierto con las personas que vienen de forma legal (…), pero queremos cerrar la puerta a la migración ilegal, a los que entran sin cumplir nuestra leyes”, insistió el mandatario.
La pequeña localidad de Colchane, la más cercana a la frontera con Bolivia, e Iquique, la ciudad más próxima, experimentaron en las últimas semanas una ola de migración irregular que provocó que las autoridades locales exigieran una intervención “urgente” del gobierno.
La entrada de más de un millar de extranjeros en menos de siete días, entre ellos una gran cantidad de venezolanos, generó un clima de tensión con desabastecimientos, enfrentamientos entre autoridades y grupos de migrantes, además del colapso del sistema sanitario preventivo del COVID-19, que obligó a instalar campamentos para mantenerlos en cuarentena preventiva.
En este sentido, Chile autorizó el pasado jueves el despliegue de las Fuerzas Armadas para combatir el tráfico ilícito de migrantes en esta frontera, recordó Piñera, un territorio donde son habituales los “coyotes” o “pasadores” que cobran a los interesados por guiarles para cruzar de un país a otro.
Además, el mandatario enfatizó la necesidad de aprobar un proyecto de ley de migración más estricta, que se presentó durante su primer mandato, en 2013, y que enfrenta ahora los últimos trámites para su entrada en vigor.
“No queremos a aquellos que vienen a no respetar nuestras leyes, a cometer delitos, y a no contribuir al desarrollo de nuestro país”, sentenció.
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Gabriela Morales
Con información de agencias y medios internacionales
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