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Barack Obama tenía la esperanza de convertirse en el presidente que sacara a Estados Unidos de prolongados conflictos bélicos. Sin embargo, ante la escalada de la guerra civil en Siria y la expansión regional de la milicia terrorista Estado Islámico (EI), el mandatario norteamericano ha decidido cambiar nuevamente de rumbo enviando a un pequeño grupo de fuerzas especiales al convulso país árabe.
Un contingente de menos de 50 expertos militares estadounidenses se trasladará a Siria para apoyar a las fuerzas rebeldes locales en su lucha contra el EI, un cambio estratégico estadounidense que ha suscitado críticas tanto por parte de quienes consideran insuficiente esta medida como entre los que temen que Estados Unidos se enrede cada vez más, militarmente, en el conflicto sirio.
El viernes, la Casa Blanca intentó restar importancia al anunciado despliegue en tierra siria de fuerzas especiales estadounidenses, por lo que Obama se abstuvo de aparecer ante las cámaras para explicar la medida.
Desde que comenzó su campaña militar en Siria el año pasado, las acciones estadounidenses se han visto entorpecidas por la ausencia de fuerzas locales confiables en tierra para solicitar ataques aéreos, señaló Frederic Hof, un ex asesor de Obama para Siria que actualmente trabaja para el centro de análisis Atlantic Council.
Funcionarios estadounidenses han reconocido tardíamente que los esfuerzos realizados durante meses para entrenar y equipar a grupos rebeldes sirios solo se han traducido en el adiestramiento de un puñado de combatientes.
La decisión de enviar fuerzas especiales al norte de Siria para asesorar a combatientes rebeldes sirios y kurdos se produjo después de que Estados Unidos revisara su estrategia de lucha contra el Estado Islámico. Los funcionarios norteamericanos insisten en que no se trata de un cambio total de la estrategia, sino que se intenta intensificar la actual apoyando a fuerzas rebeldes locales para evitar el despliegue de tropas de tierra estadounidenses.
El presidente Obama «no está considerando una operación en tierra a gran escala y a largo plazo», recalcó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien insistió reiteradas veces en que las fuerzas especiales no realizarán una misión de combate en Siria.
Sin embargo, la muerte del soldado estadounidense Joshua Wheeler, la semana pasada en Irak durante una operación para liberar a rehenes, ha puesto de relieve el peligro de que incluso un puñado de soldados estadounidenses pueda verse enredado en un conflicto si algo sale mal.
Además, las fuerzas especiales estadounidenses en Siria estarán expuestas no solo a los ataques de combatientes del EI, sino también a los ataques aéreos rusos dirigidos contra rebeldes apoyados por Estados Unidos.
Obama ha asegurado reiteradas veces que no desplegará tropas de tierra en Siria. En 2013, al responder al uso de armas químicas por parte del régimen del presidente Bashar al Assad, Obama aseguró que no llevaría soldados estadounidenses a tierra siria. Y después de iniciar su campaña aérea en el país árabe el año pasado, el presidente reiteró una vez más: «No voy a enviar tropas de combate a suelo extranjero».
El senador republicano Tom Cotton consideró que la decisión de enviar ahora un pequeño contingente de fuerzas especiales a Siria debió haberse tomado hace tiempo. Sin embargo, expresó su «desconcierto» por lo que consideró como un confuso mensaje de la Casa Blanca sobre la misión que deberán cumplir los militares estadounidenses en Siria.
El republicano Mac Thornberry, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, también manifestó su escepticismo sobre los planes de la Casa Blanca sin el desarrollo de una estrategia más amplia. «Parece que el gobierno está tratando de evitar un desastre mientras que a Obama se le está acabando el tiempo», dijo Thornberry.
Earnest, el portavoz de la Casa Blanca, no quiso descartar la posibilidad de que Estados Unidos decida más tarde enviar más fuerzas a Siria: «No tengo la intención aquí de prever el futuro».
LS
Con información de dpa.
Fotografía REUTERS/Kevin Lamarque.
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