DOBLE LLAVE – El instinto de protección lleva a los padres a cuidar de sus hijos y mantenerlos a salvo de los peligros físicos y emocionales. La sobreprotección, sin embargo, es limitante y dará lugar a niños dependientes, inseguros y vulnerables.
Según la psicóloga, Jennifer Delgado, los padres o las madres se vuelven sobreprotectores cuando:
- Impiden que los niños exploren el mundo por su cuenta y los limitan mucho más de lo que recomienda el sentido común.
- Evitan que sus hijos resuelvan los problemas y conflictos por sí solos, interviniendo antes de que pidan ayuda.
- Son extremadamente permisivos con el niño, cediendo a demandas y exigencias desmedidas, excepto aquellas que se refieren a la autonomía e independencia infantil.
- Asumen tareas que el niño podría hacer perfectamente por sí solo, de manera que lo tratan como si fuera mucho más pequeño.
- Hablan en lugar del niño, incluso cuando los demás se dirijan directamente a este, impidiéndole expresar sus opiniones o deseos.
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Gabriel Velásquez
Con información de Panorama
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