DOBLE LLAVE – El 28 de julio el Presidente Rodríguez Zapatero se presentó con una propuesta de acuerdo a la MUD, que ya había discutido con el gobierno y que resultaba, vista desde cualquier ángulo, una gran salida para la crisis. Tanto que se ha hablado de transición y lo que planteó Zapatero era ni más ni menos que una transición, sin los dolores y traumas de otras.
La propuesta no se conoció muy bien
Lamentablemente la propuesta no se conoció muy bien, la ruptura de las negociaciones ese día no fue analizada sistemáticamente por la prensa, y es difícil entender por qué. Hay varios elementos resaltantes que hacían merecer calurosos aplausos a la propuesta y a que el gobierno la hubiera apoyado:
- El gobierno se comprometía a afeitar la constituyente, ya que dos días antes no podía suspenderse la elección. Para el afeite se crearía una comisión legislativa formada por cincuenta constituyentes electos y cincuenta diputados de la Asamblea Nacional, cuyas decisiones se tomarían con dos tercios del quórum, para evitar votaciones apretadas.
- El CNE presentaría un cronograma electoral completo con plazos para las elecciones regionales, municipales y la presidencial en 2018.
- A cambio de esto la Asamblea Nacional aprobaría los endeudamientos externos y el plan presupuestario previsto por el Poder Ejecutivo.
- El acuerdo se firmaría en Miraflores con la asistencia de los jefes de los partidos de oposición y el presidente Maduro, junto con quienes él decidiera que lo acompañaran.
Un gran cambio político
Si es que alguien tiene tiempo, y no le da un infarto en el intento, debería estudiar cómo fue posible que esa propuesta no se aceptara de inmediato. No estaríamos en esta terrible situación de incertidumbre, escepticismo y negatividad en la opinión pública.
De haberse materializado, viviríamos un gran cambio político, sin violencia ni persecuciones, y quienes lo hicieron posible serían hoy los nuevos padres de la patria.
Tanto añorar el príncipe azul de la transición, nos invitó a salir y le dijimos que otro día porque estábamos ocupadas.
Azucena Correa
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