El hecho de que podría transmitirse a través de la saliva, levanta alarmas en el clima festivo que se inaugura en Brasil
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La expansión del virus del zika en Brasil atenta contra una tradición popular en el Carnaval del país: el besuqueo generalizado. La costumbre consiste en besar sin pudor a cualquier persona, cuantas más mejor, durante los desfiles callejeros que se realizan en los barrios de todo el país.

Pero este año, el virus puso en alerta a los aficionados a la curiosa tradición: un informe de la Fundación Oswaldo Cruz, del Ministerio de Salud, detectó la presencia del virus activo en saliva y orina, lo que abrió la posibilidad de que se pueda transmitir por esas vías.

La información fue revelada el viernes, el día que en el Rey Momo recibió las llaves de Río de Janeiro, oficializándose así el arranque del Carnaval.

La prensa y las autoridades salieron a aclarar dudas y dar consejos, en especial a las embarazadas, puesto que en Brasil la llegada del zika coincidió con el estallido de una epidemia de microcefalia en recién nacidos cuyas madres habrían sido infectadas.

«Es muy precoz afirmar que el beso sería una forma de transmisión del zika. Tendríamos que ver la cantidad de virus presente en esos líquidos –orina y saliva–”, explicó el infectólogo Jean Gorinchteyn, del Hospital Emilio Ribas.

Más cauteloso, su colega Celso Granato, de la Universidad Federal de Sao Paulo, consideró que la posibilidad de contagio a través del beso existe por el hecho de que el virus fue detectado vivo en sangre y orina.

También el sexo, por lo general más desenfrenado y libre en las fiestas de Carnaval, es fuente de preocupación extra este año, puesto que el zika se suma a los riesgos de siempre: las enfermedades de transmisión sexual. Esto porque en Estados Unidos se reportó el caso de una persona que habría sido contagiada con el virus a través de relaciones sexuales.

De este modo, aunque parece utópico pedirle esto a una sociedad tan acostumbrada a la fiesta y al libertinaje durante estos días, convendría ser muy cautelosos con el intercambio de fluidos que buscan placer, a fin de prever el contagio de esta peligrosa enfermedad.

Samuel Bello

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Ueslei Marcelino.

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