Escasez dólares y crisis política aumentan la tensión en Bolivia

DOBLE LLAVE – La escasez de dólares incrementa las dudas sobre la economía de Bolivia, lo que obligó a muchos bolivianos a retirar sus depósitos en dólares de los bancos del país y ha impulsado el crecimiento del mercado paralelo de divisas.

Tras varios años de «milagro económico», con récord de exportaciones y un crecimiento promedio del PIB de 4,6%, baja inflación y subsidios a la gasolina, la economía boliviana atraviesa momentos de fragilidad.

La creciente escasez de dólares y una fuerte demanda de divisas preferenciales en el Banco Central obligó al gobierno a establecer un nuevo mecanismo: la venta de divisas se hace ahora a través de un código QR tras inscribirse en un registro.

A pesar de que el presidente de Bolivia, Luis Arce, aseguró en una entrevista televisiva en 2020 que “no habrá devaluación. No hay necesidad con la solidez de una economía que crece”, la escasez de divisas continúan generando presión sobre su gestión de gobierno.

Arce se niega a eliminar el tipo de cambio fijo sobre el dólar y retirar el subsidio a la gasolina por temor a un estallido social, lo que de acuerdo con los expertos termina agotando las reservas de dólares del país.

Los altos precios de las materias primas le permitió a Bolivia vivir una de las mayores bonanzas económicas de su historia en la década pasada. La nacionalización de los hidrocarburos en 2006 triplicó los ingresos del país, pero el sector se estancó por falta de inversiones.

A partir de 2014, Bolivia comenzó a agotar sus reservas tras el fin de la bonanza de precios, una tendencia que se agravó tras la pandemia del Covid-19.

El Gobierno boliviano descarta modificar el modelo estatista y recortar los subsidios, además de mantener el cambio fijo del dólar. De acuerdo con el FMI, Bolivia crecerá 2,7% en 2023, aunque el gobierno del altiplano afirma que crecerá 4,8%.

A la incertidumbre económica se suma la creciente tensión política, con fuertes críticas a la gestión de Arce por parte de Evo Morales y un incipiente clima de protestas en las calles, donde distintos sectores reclaman reivindicaciones que el Gobierno boliviano no es capaz de cumplir.