Tres grandes fusiones anunciadas este año podrían viciar el mercado, temen algunos especialistas mundiales
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DOBLE LLAVE – El anuncio de tres megafusiones, entre ellas la de Monsanto-Bayer, provoca ansiedad en el mundo agrícola por su eventual impacto en el precio de los pesticidas o en la expansión de los cultivos transgénicos.

En Alemania, muchas organizaciones civiles denunciaron el «matrimonio infernal» que supone la compra por el laboratorio alemán Bayer del grupo estadounidense Monsanto, gran productor de organismos genéticamente modificados (OGM) y del controvertido pesticida Roundup, el más utilizado del mundo.

El anuncio de esa operación fue precedido por el de la compra del grupo agroquímico suizo Syngenta por el chino ChemChina, además de por la fusión entre los estadounidenses Dow Chemical y DuPont. Los tres colosos que surgirían de esas negociaciones concentrarían las dos terceras partes del mercado mundial de granos y pesticidas, insumos fundamentales de la explotación agrícola.

Aunque las operaciones deberán ser autorizadas por las autoridades antimonopolio de la UE y de EE.UU., ya dan pie a conjeturas de los grandes productores sobre su impacto real y preocupan a las ONG especializadas y a los defensores de la pequeña agricultura.

¿Qué sucederá ahora?

Los agricultores estadounidenses observan esos movimientos con cierta ambivalencia: algunos temen que provoquen un alza de los precios de los granos y abonos, pero otros, como la American Farm Bureau Federation, estiman que «los precios podrían bajar, gracias a los ahorros» realizados por la conjunción de fuerzas.

En Alemania, por su parte, las grandes maniobras del sector provocan alarma. «No es solo un tema, las explotaciones tienen muchas otras preocupaciones», como el derrumbe del precio de la leche, explica Holger Brantsch, de la federación agrícola de Brandeburgo (este).

En Francia, FNSEA, el primer sindicato agrícola, informó que examina los riesgos de una «concentración de los operadores económicos», sin ver hasta ahora razones «para intervenir».

Para el director de la ONG canadiense ETC, Pat Mooney, la concentración del sector no augura nada bueno: «Pensar que se puede resistir a la presión de la agroquímica es ser corto de vista», dado que las fusiones en curso solo prefiguran un proceso en el cual los nuevos grupos podrán ser absorbidos por otros mayores aún, como los de fabricantes de tractores.

Mooney cree, por ejemplo, que el fabricante estadounidense de maquinaria agrícola John Deere, podría tener interés en hacerse con el control de Bayer-Monsanto, lo cual le aseguraría el manejo de todos los datos de las divisiones de «agricultura de precisión», desarrolladas últimamente por Monsanto.

Samuel Bello

Con información de Yahoo! Noticias.

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