Los trabajadores de estos sitios podían tener un ingreso extra de hasta 18 mil bolívares al mes
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Algo muy venezolano es decirle bomba a las estaciones de gasolina. Esta curiosidad lingüística derivó en el bombero. Entiéndase como este no al hombre que se dedica a apagar incendios, sino al que manipula los surtidores de gasolina. Para entender qué tan autóctonas son estas expresiones, se puede recurrir al cuento, del escritor venezolano Salvador Fleján, Intriga en el Car Wash, que sirve de nombre el primer libro del autor. En el mismo, un personaje venezolano que se encuentra en Estados Unidos viajando en el carro de un norteamericano le pregunta a este último cuándo parará en alguna bomba. El interrogado reacciona con desespero, como si se encontrara en una situación de peligro: bomba, en su universo lingüístico, es solamente un artefacto que explota.

Otra cosa que es muy venezolana, o era, es dejarles propinas a los llamados bomberos. Estos empleados, se sospecha, llegaban a ganar más dinero que aquellos luchadores contra el fuego con quienes comparten sustantivo. ¿Cómo era posible? El bajo precio de la gasolina lo facilitaba: nadie pedía el vuelto cuando pagaba con un billete de diez o 20 bolívares. Esto, en un país en el que moverse sobre cuatro ruedas es lo normal, significaba ganancias extras que hacían más atractivo el oficio de surtir gasolina.

Ahora, tras el aumento del combustible, surge una duda: ¿siguen recibiendo propinas estos trabajadores?

Luego de hacer un recorrido que inició en los Altos Mirandinos y se extendió hasta Caracas, culminando en el este de esta ciudad, no se encontró una repuesta tajante a la pregunta. Algunos indicaron que no, que ya rara vez les dejaban propinas; mientras que otros aseguraron que sí. Cabe destacar que aquellos que dieron respuestas afirmativas se encuentran trabajando en estaciones ubicadas en zonas más pudientes en relación a los que respondieron de forma negativa.

Los entrevistados, quienes –por seguridad laboral– pidieron que no se revelaran sus nombres ni el lugar en el que trabajaban, explicaron que cumplían jornadas de seis horas. Casi todos coincidieron en que, antes del aumento de la gasolina, diariamente ganaban entre 700 y 900 bolívares en propinas. Mientras que oficialmente cobraban salario mínimo más cestatickets.

Esto quiere decir que casi todos los bomberos ingresaban entre 3500 y 4500 bolívares semanales solo en propinas; lo que equivalía a entre 14 mil y 18 mil bs. mensuales. Cabe aclarar que el salario mínimo actual es de 11.577,81 bs. mensuales. El bono de alimentación, por su parte, es de 13.275 bs. Es decir, solo con las propinas los trabajadores de las estaciones de gasolina superaban el salario mínimo actual. Dicho beneficio, como ya se explicó, lo siguen disfrutando algunos.

Ante las preguntas de si les resultaba rentable su trabajo, la respuesta más esclarecedora fue “¿A quién le resulta rentable su trabajo en este país?” Todos abundaron en los lugares comunes de la Venezuela contemporánea: la plata no alcanza, me cuesta mantener a mis hijos, la comida está muy cara, etcétera. Uno de los entrevistados, un señor de más de 60 años, hizo un gesto de fastidió y agregó: “¿Para dónde voy a coger yo a estas alturas? Tengo más de 30 años siendo bombero”.

La inseguridad es otro punto importante. Es evidente que, con el aumento de la gasolina, los trabajadores de las estaciones están manejando más efectivo. Entre los entrevistados, ninguno había sido víctima de un robo recientemente. Aunque sí asumieron el riesgo que padecen; eso sí, sin darle, aparentemente, mayor importancia, como entendiendo que es un gaje del oficio y, además, aclarando que es el mismo riesgo al que están expuestos todos los venezolanos.

Pero, ¿cómo hacen para no ser presa fácil si cargan pacas tan grandes de billetes? La respuesta machacó la ignorancia de la pregunta: simple, no cargan grandes pacas de dinero. Una vez que consideran que tienen bastante efectivo encima lo guardan en el depósito que posee cada estación.

Pese a que no se puede afirmar que los ingresos de todos estos trabajadores han menguado, sí conviene resaltar que la mayoría de los mismos provenían de las propinas. Lo que significa que, en caso de dejar de recibirlas, podrían dejar de percibir hasta un tercio de sus ganancias mensuales.

Samuel Bello

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