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DOBLE LLAVE – El título de nuestro artículo probablemente orienta a nuestros lectores hacia la RCV y es que, ciertamente la Responsabilidad Civil de Vehículos (RCV) es la más conocida en el universo de los comunes y mortales ciudadanos venezolanos pero no es la única versión de un contrato de ese tipo.
En el mundo actual, moderno, global, exigente y competitivo, dentro del cual nos desenvolvemos son muchos y muy variados los contratos de responsabilidad civil que existen. Comentaré sólo algunos, los que a mi juicio resultan los más útiles y comunes.
La Responsabilidad Civil Profesional es especialmente necesaria para médicos y otros profesionales de la salud, como odontólogos, bioanalistas, enfermeros, quienes mediante la suscripción de este contrato amparan y defienden su responsabilidad y eventualmente la indemnización de gastos derivados de dicha responsabilidad directa o indirecta y de las consecuencias del acto profesional que desarrollan (por ejemplo: negligencia, imprudencia, omisiones, hecho fortuito, accidente, entre otras ) del cual sea civilmente responsable ante las reclamaciones legales de sus pacientes y familiares.
Las Pólizas de Responsabilidad Civil Patronal y Empresarial surgen con la necesidad de indemnizar las prestaciones que los empleadores deban hacer como consecuencia de las normas establecidas en la llamada Ley Orgánica del Trabajo y la Lopcymat respectivamente; indemnizan las consecuencias de hechos fortuitos y amparan al patrono o empresario ante eventos que tengan como resultado la muerte o incapacidad total y permanente del trabajador así como gastos para cirugías o gastos médicos por o como consecuencia de enfermedades ocupacionales o accidentes ocurridos dentro del ámbito laboral o en el trayecto del trabajador de su casa al trabajo y viceversa. También contempla asistencia legal para el trámite jurídico que conlleva tales reclamos.
Finalmente la Responsabilidad Civil de Vehículos es una póliza de obligatoria contratación por parte del propietario de un automóvil, destinado al transporte de personas o cosas, particular o de carga (lo dice la vigente Ley de Transito Terreste en su artículo No. 35) y ampara los gastos en los que el asegurado sea civilmente responsable por los daños ocasionados a otros (a los bienes, muerte o lesiones causadas a terceros). El contrato permite la indemnización a los afectados mediante el correspondiente pago de una cantidad de dinero con un límite previamente establecido. Resulta especialmente útil si se toma en cuenta que además de lo ya señalado, incluye también defensa legal para el asegurado, indemnización por gastos médicos y la muerte accidental de los ocupantes del vehículo e incluso servicio de grúa a nivel nacional.
Gracias por leerme y no duden en hacerme llegar sus comentarios a mi cuenta de correo.
Especial para Doble Llave.
Joaquín Valenzuela
Corredor de Seguros SAA No. CS – 8022 / [email protected]
Fotografía Pixabay.com/fak1911
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