El Genio del Shawarma
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DOBLE LLAVE Eduardo Badillo es un migrante venezolano oriundo de San Antonio de los Altos, estado Miranda, que desde cero logró levantar dos locales de comida urbana en Estados Unidos. Desde esos espacios ha logrado fusionar los sabores de la cocina libanesa y latina para satisfacer el paladar de la comunidad estadounidense y venezolana, reseñó el medio digital El Diario.

Su camino hacia el éxito no ha sido recto, sino que estuvo marcado por altibajos que le permitieron hallar la vía para lograr consolidarse en Estados Unidos con una idea de negocio propia.

Su primera experiencia como migrante comenzó en 1992, cuando con 19 años de edad decidió probar suerte en España, todo con el firme propósito de aprender y poder establecerse allá.

Yo me fui a España en 1992. Viví en Barcelona y trabajé por varios años en una franquicia que se llamaba Bocata, donde conocí a un libanés. Hice amistad con él y fue la persona que me impulsó a cocinar shawarmas”, dijo.

La vuelta a Venezuela

Sin embargo, ocho años después, Badillo decidió retornar a Venezuela y establecerse en la isla de Margarita.

«Ahí me asocié con un canadiense y montamos unos carros de perros calientes estilo self service en Los Robles y en El Jumbo (Margarita). Nos fue excelente con ese emprendimiento. Sin embargo, él insistió en que sus hermanos se convirtieran en socios. Como no acepté la propuesta, le vendí mi parte y regresé a mi casa en San Antonio de los Altos”.

Un nuevo comienzo

En 2015,  se presentó la oportunidad de migrar, decidió irse a Estados Unidos a iniciar desde cero, pero con la idea de hacer negocios en este país.

Estuvo tres años y medio trabajando en la construcción, pero siempre sin abandonar la idea de establecer su primer negocio en EE UU.

Como un “golpe de suerte” que atribuyó a José Gregorio Hernández, en 2018 un hombre, que ahora es su compadre, le contactó porque se había comido dos de sus shawarmas y quería “hablar con él”.

«Al principio pensé que quería demandarme porque es algo muy común en este país. Sin embargo, la reunión fue para ofrecerme un trailer que tenía en desuso que lo estaba vendiendo en 24 mil dólares. Yo le dije que no tenía ni 3 mil dólares en la cuenta, pero sin conocerme ni tener mayor referencias de mí me entregó las llaves y me dijo que a la gente buena había que ayudarla”, relató.

Dos negocios propios y mucha constancia

Badillo cuenta con dos locales «El Genio del Shawarma» y «La Punta Bar» e insiste que solo la constancia le ha ayudado a crecer en ese negocio.

Para Eduardo, buena parte de los venezolanos que llegan a EE.UU. se plantean la idea de tener un negocio de comida, pero detalla que no es un camino fácil de transitar.

“El consejo número uno para no fracasar en el intento es la constancia. En este país las cuentas nunca paran. Hay que pagar alquiler, la luz y todos los servicios. Acá la idea es no parar por más que hayan días malos o buenos”.

También, recomienda adaptarse rápidamente a ese nuevo país e ir con la “mente abierta” dispuestos a aceptar los cambios de vida.

“Yo trabajé 19 horas al día en construcción por casi tres años de lunes a sábado. Muchos de mis compañeros que aún permanecen en la construcción vienen a mis locales y se sorprenden, pero todo lo que he logrado en EE.UU. ha sido por no rendirme y creer en mí”.

De interés: Pastelería Tívoli, 60 años siendo una parte de Francia en Caracas

@rafarias86

Con información de El Diario, otros medios y redes sociales

Fuente de imagen referencial: @elgeniodelshawarma

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