PayPal, Google y Square son algunas de las empresas que consideran inaceptable en su política de pagos la compraventa de artículos "obscenos"
0

El volumen del negocio de la pornografía es inmenso y no para de crecer, según la página de contenidos para adultos, PornHub, durante 2015, sus usuarios visualizaron más de 4 mil millones de horas de videos, el equivalente a unos 183 millones de días, seis millones de meses o 500 mil años.

Con estos datos en mente, se podría pensar que los empresarios, siempre y cuando sea legal, no deberían toparse con muchas dificultades para gestionar un negocio que tenga que ver con la industria del sexo. Sin embargo, hay algunas salvedades.

Los servicios que ofrece PayPal no pueden ser utilizados para la compraventa de artículos «considerados obscenos», ni tampoco «ciertos productos o materiales de orientación sexual», según estipulan sus condiciones de uso. Pero, ¿es obsceno un juguete erótico? ¿Y una película porno? ¿Y un libro de contenido explícito?

«El miedo al sexo está muy extendido en nuestra sociedad», asegura Pablo Dobner, cofundador de Erika Lust, una productora internacional de cine porno enfocado al público femenino. «PayPal nos comunicó claramente que no aceptan vender DVD o descargar películas con contenido sexual«, cuenta Dobner. 

En Google tienen una posición similar ante lo que consideran “bienes y servicios para adultos”. Junto con el alcohol, los animales y las drogas, los materiales de carácter sexual –ya se trate de literatura, imágenes u otros medios audiovisuales− figuran en la lista de categorías de productos inaceptables de su política de pagos.

Lo mismo sucede con Square, la empresa de pagos móviles fundada por uno de los padres de Twitter, Jack Dorsey, actual CEO de la red social. Quienes utilicen la plataforma se comprometen a no enviar ni recibir pagos relacionados con actividades entre las que se incluyen “los productos orientados al entretenimiento para adultos, en cualquier formato”.

No obstante, cuando los autores −organizados bajo el nombre de Escritores Prohibidos− preguntaron a Visa y MasterCard si habían influido en la decisión de la plataforma de pagos, estos negaron cualquier injerencia. Más allá de lo que sucediera en aquella ocasión, lo cierto es que ambas compañías establecen restricciones e impuestos especiales a aquellas actividades que entrañen un riesgo para su reputación o la de los bancos.

AW

Con información de El Confidencial.

Fotografía Gettyimages.

Apple busca potenciar su servicio de TV

Entrada anterior

Confirman nueva muerte por ébola

Siguiente entrada

Comments

Comments are closed.