Mariano Rajoy afirmó que el pacto es un "acto de provocación"
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DOBLE LLAVE – Las últimas declaraciones del jefe de Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, cargadas de cautela y hermetismo al no dejar claro si finalmente se separarán de España, sembró un nuevo precedente a una crisis que parece apenas estar empezando. Aquí cinco claves para entender este conflicto de secesión.

1) ¿Declaró Cataluña su independencia?

El jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, compareció el martes en el «Parlament» en Barcelona para informar los próximos pasos en su plan de ruptura con España. Como se esperaba, anunció la independencia unilateral (no aceptada por España), pero de inmediato propuso su suspensión para abrir un margen al diálogo con Madrid.

El que podía ser uno de los días más trascendentes en la historia reciente de España se transformó así en un gran interrogante que dejó perplejos a diputados, medios y ciudadanos.

La confusión fue mayor cuando Puigdemont, su Ejecutivo y diputados separatistas firmaron luego un documento que declara la independencia, aunque fuentes del Gobierno regional aseguraron que se trataba de un texto «simbólico».

La fórmula de una independencia «en diferido» fue interpretada como un recurso de Puigdemont por ganar tiempo, evitar una respuesta contundente del Gobierno español y dar oportunidad a una implicación internacional en el conflicto.

También fue una respuesta a los contratiempos que viene sufriendo el plan soberanista los últimos días. El ansiado apoyo internacional sigue sin llegar, las mayores empresas de Cataluña abandonaron la región por la incertidumbre y el fin de semana hubo manifestaciones masivas en Barcelona y en toda España contra la independencia.

2) ¿Cómo reaccionó el Gobierno español?

La confusión creada por el discurso de Puigdemont fue tal que la primera medida anunciada este miércoles en una esperada comparecencia del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, fue pedir al «Govern» que aclare si declaró o no la independencia.

El requerimiento, explicó el mandatario conservador, «es necesario a la hora de activar el artículo 155 de la Constitución», que permite «adoptar las medidas necesarias» para impulsar a una región «al cumplimiento forzoso» de sus obligaciones. Una medida que no se tomó nunca en 40 años de democracia en España.

El ultimátum de Rajoy exige también su aclaración: el requerimiento a Puigdemont implica formalmente la activación del artículo 155. El Gobierno cuenta en ese paso con el apoyo del líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, y del partido liberal Ciudadanos. Fuerzas de izquierda y nacionalistas lo rechazan.

3) ¿Qué puede pasar ahora?

Si Puigdemont no vuelve a la legalidad, el Gobierno debe presentar al Senado qué medidas concretas quiere aplicar en Cataluña con el artículo 155 y lograr su aprobación en esa cámara, donde tiene mayoría absoluta.

La intervención podría pasar por suspender autoridades de Cataluña en concreto, convocar elecciones anticipadas o incluso detener a Puigdemont. Como el artículo nunca se aplicó, su alcance e implicaciones son poco claros.

Pero la comparecencia de Puigdemont abrió otro frente al líder catalán, en este caso interno: la CUP, el partido antisistema que lo apoya en el Parlamento, venía exigiendo que no cediera y declarara la independencia de forma unilateral, por lo que la opción «en diferido» irritó al partido.

Cuando Puigdemont terminó de hablar, los diputados de la CUP evitaron aplaudir. El partido comentó luego en Twitter: «Se ha perdido una oportunidad». Si la CUP retira el apoyo a Puigdemont, podría precipitar la convocatoria de elecciones adelantadas en Cataluña.

4) ¿Puede convertirse Cataluña en un nuevo país?

Con o sin declaración de independencia unilateral, el camino hasta esa instancia se presenta largo y altamente improbable. Un nuevo país requeriría reconocimiento internacional a una «república catalana independiente» y que España retirara su presencia en la región (jueces, policía, Ejército, funcionarios, etc.): dos condiciones que nadie se plantea.

También sin esos obstáculos decisivos, un nuevo país no puede crearse de la noche a la mañana. La lista de tareas es más que larga: la nueva república tendría que crear su propia moneda o imprimir millones de pasaportes. Cataluña carece también de Ejército y solo cuenta con una Policía autonómica, entre otros desafíos pendientes. La reciente fuga de empresas muestra también los problemas económicos que tendría el nuevo país.

5) ¿Qué papel tiene la Unión Europea en la crisis?

La Unión Europea (UE) mantuvo una distancia prudente ante un «asunto interno» de España, pero al igual que potencias como Francia o Alemania defiende la unidad de España. Un portavoz de la Comisión Europea insistió el martes en que la consulta del 1 de octubre «no fue legal» y recordó que el conflicto debe resolverse «dentro del respeto al orden constitucional» en España.

Horas antes de que hablara Puigdemont, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió al líder catalán que evitara anunciar «una decisión que haría imposible el diálogo».

Bruselas ha insistido además en que una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera del bloque. Para reingresar tendría que iniciar el largo recorrido por negociaciones y exámenes de sus sistema legal y político y contar finalmente con la aprobación de todos los países del bloque, España incluida.

Ariadna García / @Ariadnalimon

Con información de dpa

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