Magia de la educación musical: La enseñanza de la batería siendo escuela de valores
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DOBLE LLAVE – Para el baterista y educador musical venezolano Arnoldo Portillo, la formación temprana es fundamental. Un niño que se acerca a la batería no solo está aprendiendo a coordinar manos y pies, también está desarrollando concentración, paciencia y capacidad de escucha. Se trata de formar tanto músicos como ciudadanos integrales para la vida, de manera que el futuro de la música siga latiendo con fuerza, creatividad y humanidad.

«Cada vez que me siento frente a un grupo de niños o jóvenes para enseñarles batería, recuerdo mis propios inicios. La emoción de descubrir un instrumento tan poderoso, la curiosidad por entender cómo cada golpe podía transformarse en música, y la disciplina que poco a poco fui aprendiendo, son experiencias que me marcaron para siempre. Hoy, como maestro y examinador oficial de Yamaha, tengo la certeza de que enseñar batería no es solo transmitir técnica: es sembrar valores y abrir caminos hacia un futuro musical y humano más sólido».

-La formación temprana es fundamental. Un niño que se acerca a la batería no solo está aprendiendo a coordinar manos y pies, también está desarrollando concentración, paciencia y capacidad de escucha. He visto cómo estudiantes que al principio apenas podían sostener las baquetas, con constancia y motivación, logran ejecutar patrones complejos y, más importante aún, descubren la confianza en sí mismos. Esa transformación es la mayor recompensa para un maestro y mentor: ver cómo la música se convierte en una herramienta de crecimiento personal.

«La motivación es otro pilar esencial. No todos los estudiantes llegan con la misma facilidad ni con los mismos intereses. Algunos sueñan con tocar rock, otros salsa, otros con jazz. Mi labor como educador es mostrarles que la batería es un universo amplio, donde cada estilo tiene algo que aportar. Cuando un joven entiende que puede expresarse a través del instrumento, que puede encontrar su propia voz rítmica, entonces la práctica deja de ser una obligación y se convierte en pasión. Esa chispa es la que asegura que sigan adelante, incluso cuando los ejercicios se vuelven más exigentes».

-La disciplina, por su parte, es el puente entre el talento y la realización. Enseñar batería implica insistir en la importancia de la práctica diaria, de la repetición consciente, de la búsqueda de precisión sin perder musicalidad. Pero la disciplina no debe ser vista como una carga, sino como un hábito que fortalece la mente y el carácter. En mis clases siempre insisto en que la batería no solo forma músicos, también forma personas capaces de enfrentar retos con constancia y resiliencia.

Magia de la educación musical: La enseñanza de la batería siendo escuela de valores

«Creo firmemente que la enseñanza de la batería debe ser también una escuela de valores. La paciencia para esperar resultados, la constancia para superar dificultades y la creatividad para encontrar soluciones son aprendizajes que trascienden la música. He visto cómo estudiantes que comenzaron tímidos y reservados se convierten en jóvenes seguros, capaces de trabajar en equipo y de expresarse con libertad. Esa es la verdadera magia de la educación musical: no solo prepara intérpretes, prepara seres humanos completos».

-Cuando pienso en el futuro de la percusión, lo imagino en manos de esta nueva generación que hoy se forma en las aulas y academias. Ellos serán los encargados de llevar la batería a nuevos territorios, de fusionarla con otros géneros, de explorar sonidos que aún no conocemos. Mi responsabilidad, como maestro, es inspirarlos a creer en su potencial, a entender que cada golpe que dan no es solo un ejercicio, sino una palabra en un lenguaje universal que seguirá evolucionando.

«La batería, más que un instrumento, es un camino. Y enseñar a recorrerlo es, para mí, una forma de asegurar que el futuro de la música siga latiendo con fuerza, creatividad y humanidad«.

Bio del autor de estos conceptos: Arnoldo D. Portillo R.

El baterista y docente musical Arnoldo Portillo

Arnoldo David Portillo Rincón es un baterista y educador venezolano con una trayectoria que combina excelencia artística, liderazgo pedagógico y proyección internacional. Nacido en Maracaibo y formado en instituciones como el Conservatorio José Luis Paz y la Academia Cemusica avalada por Yamaha, desarrolló una carrera que lo ha llevado de los escenarios zulianos a consolidarse en Miami como músico de sesión, director musical, docente y mentor.

Su experiencia incluye colaboraciones con figuras de la gaita, la salsa, el pop y el jazz, así como una destacada labor en la enseñanza musical dentro academias y colegios, donde ha transmitido no solo técnica, sino valores de disciplina, constancia o creatividad. Certificado por la Yamaha Music Foundation como examinador oficial en batería y respaldado como artista por Soultone Cymbals, Portillo ha sabido equilibrar la tradición acústica con la innovación tecnológica, convirtiéndose en un referente de versatilidad y profesionalismo en su área de ejecución de instrumentos.

En 2021 recibió el Premio Tacarigua de Oro Internacional como Baterista Impacto del Año, reconocimiento que reafirmó su influencia en la escena musical latina.

Redes sociales de Arnoldo Portillo: @PortDrums

DOBLE LLAVE

Fuente de imagen referencial principal: Praise Psalmist en Unsplash

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