Iniciar un negocio supone obstáculos inimaginables, pero estas mujeres siguieron su instinto
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Contestando a las pregunta «¿qué es eso que no viste venir al iniciar tu negocio?«, cuatro mujeres con empresas de varios millones de dólares hablan sobre cómo navegaron con éxito los obstáculos que se les presentaron en el camino.

Nadie llega a la cima por sí mismo:

Michell Phan, la fundadora de IPSY de 28 años, convirtió un canal de tutoriales de maquillaje en YouTube (que generó 40,000 vistas en sólo una semana) en un popular negocio de belleza, que ahora está valuado en más de 500 millones de dólares.

“El mayor desafío que enfrenté fue construir mi equipo. Cuando trabajas tanto, los miembros del equipo se convierten en tu familia«, aseguró. Puesto que muchas veces se pasa más tiempo con los colegas, se deben nutrir estas relaciones para que sean lo más fuertes posibles. Además, hay que aprender en quién confiar y a quién mantener cerca, añadió.

Encuentra tu superhéroe interior:

La fundadora, presidente y CEO de Care.com, Sheila Lirio Marcelo, lanzó su iniciativa en 2007 y luego la sacó a la bolsa en 2014. El negocio se lo ocurrió por casualidad luego de que le costara encontrar ayuda confiable para cuidar de sus hijos y sus padres ancianos, ahora es la dueña de la principal página web de atención en línea en el mundo.

“Al crecer en la cultura matriarcal de las Filipinas y con padres que dividen todo a partes iguales en el hogar y en el trabajo, los prejuicios de género no fueron parte de mi formación. No fue sino hasta que asistí a una universidad de mujeres y luego entré en la fuerza laboral que me di cuenta de que la brecha de género aún existía«, relató.

A lo largo de su carrera, incluso ahora como CEO, ha enfrentado sesgos de género. Contó que en una reunión con inversionistas antes de su salida a bolsa, un caballero pensó que era asistente del banco, porque ofreció café a todos en la sala.

«En vez de reaccionar negativamente, tuve lo que llamo mi “momento Katniss” donde invoqué a mi súper heroína interior, sonreí, le estreché la mano y le respondí: ‘Soy Sheila Lirio Marcelo, fundadora, presidenta y CEO de Care.com. Es un placer conocerte», finalizó.

El apoyo proviene de lugares inesperados:

Theresia Gouw, co fundadora y socia directora de Aspect Ventures, un fondo que se enfoca en el market place móvil. Ahora, junto Jennifer Fonstad, llevan una de las firmas de capital de riesgo dirigidas por mujeres más importantes de la actualidad.

«Cuando Jen Fonstad y yo lanzamos Aspect Ventures, a principios de 2014, el bajo número de mujeres en la tecnología (aproximadamente 20%) y en el capital de riesgo (alrededor del 5%) se habían convertido en un tema candente en la industria de la tecnología y en los medios», recordó. La grata acogida por parte de inversionistas y otras empresas las emocionó e impulsó, pero lo que más les sorprendió fue la magnitud del apoyo de los hombres en la industria tecnológica que inundaron Aspect desde el primer día.

«Así que ¿qué aprendí? A estar preparada para escuchar y actuar cuando el apoyo para tu nuevo negocio viene de los lugares más inesperados. Te dará un impulso más rápido, y es una señal de que te dirige en la dirección correcta», dijo.

Cuando tu instinto te hable, escúchalo:

Melody McCloskey es la CEO de StyleSeat, un servicio de reservación para salón de belleza que ha ayudado a atender a mujeres por una suma de más de mil millones de dólares en citas. La idea le llegó luego de una serie de malas experiencias de salón de belleza.

“Una de las lecciones más importantes que aprendí al iniciar mi empresa fue no escuchar el consejo de los inversionistas, sino tomar decisiones en base a mi instinto como fundadora, incluso cuando los tiempos eran difíciles», manifesó.

«Al principio de nuestro negocio, cuando no habíamos levantado tanto dinero y teníamos tal vez uno o dos empleados, recibimos mucha presión de los inversionistas para impulsar la monetización a través de un modelo que no creía. Nos probamos como un experimento y funcionó, pero cuanto más esfuerzo pusimos en torno a este modelo para apoyar el crecimiento de ingresos, menos tiempo fuimos capaces de comprometernos al crecimiento de nuestro negocio principal», explicó.

Ella y su socio necesitaban recaudar dinero y se encontraban con otros emprendedores que creían en su negocio y deseaban invertir en él. «Mi cofundador y yo hablamos con toda honestidad y decidimos que preferíamos ir por un negocio más grande que por la ruta segura de una escala menor. Sabíamos que era una apuesta en la que podríamos perderlo todo», sentenció.

Al final se aliaron con los inversionistas cuyos intereses estaban más alineados con los suyos e hicieron crecer su compañía.

AG

Con información de Forbes México.

Fotografía Gettyimages.

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