Tras el escándalo, su director aseguró que todos deben seguir unidos para superar la crisis
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El gigante automotor Volkswagen revisará todas sus inversiones en previsión de las consecuencias económicas de la manipulación de emisiones en sus coches diésel, según anunció su nuevo jefe Matthias Müller, quien además alertó a sus empleados de que las medidas «serán dolorosas».

En su primera aparición ante la plantilla en la sede de la automotriz en Wolfsburgo, Müller habló durante 30 minutos de «la mayor prueba de la historia de la empresa» y aclaró que «los resultados y la planificación financiera» de la empresa «soportarán presiones masivas».

Según Müller, Volkswagen sabe las medidas técnicas que deberá adoptar, pero de las consecuencias financieras del escándalo sólo se sabe que «serán grandes o, posiblemente, muy grandes». El grupo comprobará «todas las inversiones» planeadas en los próximos meses, para «cancelar o aplazar todo lo que no sea estrictamente necesario».

Se dirigió así el máximo responsable de Volkswagen a alrededor de 22.000 trabajadores en la primera asamblea celebrada desde que, a mediados de septiembre, salió a la luz el escándalo por la manipulación de las emisiones contaminantes en 11 millones de sus vehículos diésel. La empresa difundió los manuscritos de los discursos.

Müller dijo que quiere «reajustar» el programa de eficiencia que ya había planeado el anterior jefe del grupo, Martin Winterkorn, a quien Müller sustituyó a consecuencia del escándalo. Ahora se trata de reaccionar para que las agencias de calificación no rebajen la nota de solvencia de la empresa, lo que tiene «la más alta prioridad».

Aseguró, no obstante, que VW «pondrá todo su esfuerzo» en asegurar los puestos de trabajo que tiene en todo el mundo. Aunque reconoció que aún no conocen «qué consecuencias tendrá la crisis», pidió a los empleados que se sientan parte de un «equipo Volkswagen»: «Deben seguir unidos, juntos lo superaremos».

Los empleados de Volkswagen temen las consecuencias laborales de las dificultades económicas que se podrían derivar del escándalo. El grupo emplea a 600.000 personas en todo el mundo. 72.000 de ellos trabajan en Wolfsburgo. Hasta septiembre, sus empleos parecían seguros. De allí salen más de 830.000 autos nuevos cada año.

AG

Con información de dpa.

 

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