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Las personas a cargo de las medidas de seguridad, con motivo de la visita del papa Francisco a Nueva York a fin de este mes, tienen marcado en sus calendarios el 25 de septiembre como el día de la «tormenta perfecta».
El hecho de que al Papa Francisco le gusta salirse del libreto y mezclarse entre la multitud, hace que las autoridades enfrenten «un desafío sin precedentes», según el jefe de la policía de Nueva York William Bratton.
El Servicio Secreto de Estados Unidos, el Buró Federal de Investigación (FBI) y las autoridades municipales se han reunido con representantes del Vaticano en Washington y en Roma para saber más sobre la forma en que Francisco se maneja cuando hay multitudes.
Así que para manejar la situación entre Francisco y la multitud, se han plateado varias medidas de seguridad. En las tres ciudades que visitará el Papa habrá un aumento sustancial en la cantidad de policías uniformados que patrullan las calles, sobre todo en Nueva York. Mientras tanto, en Pennsylvania usarán 1.000 soldados para ayudar con las medidas de seguridad y la Guardia Nacional controlará el tráfico.
En la mayoría de los casos, toda persona interesada en ver al Papa necesitará un ticket y someterse a controles como los de un aeropuerto antes de ingresar a las zonas restringidas. Los cordones policiales harán que las personas sin tickets queden a varias cuadras de distancia.
El costo de la seguridad en las ciudades que visitará el Papa Francisco no fue revelada, pero se estima que a Nueva York pueda costarle decenas de millones de dólares en horas extras de los policías, un gasto que, según las autoridades, es compensado en parte por los ingresos derivados de la llegada de multitudes de visitantes.
EC
Con información de agencias.
Fotografía Gettyimages.
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