DOBLE LLAVE – Caracas se ilumina los domingos con cientos de voluntarios que salen con un plato de comida caliente en busca de familias, niños y ancianos, personas que esperan por las principales arterias viales de la ciudad a que llegue a sus manos una sopita que les componga el cuerpo.
Este domingo Barriguita Llena Caracas salió en su segunda jornada a repartir 170 sopas en la avenida Casanova, Chacaíto, Chacao, Sabana Grande, Las Mercedes y La Castellana; en el trayecto el grupo de voluntarios que participábamos nos cruzamos con otros colectivos como Mano a Mano Venezuela y Fundación Uma que hacían la misma labor: llenar barriguitas.
En Sabana Grande, la primera parada, una familia entera viene de Charallave a buscar comida a la ciudad, expresan que la crisis que atraviesa el país los ha llevado a eso, los niños han tenido que dejar la escuela por falta de útiles escolares y zapatos, por lo que la madre pide una ayuda adicional.
Más adelante en la avenida Casanova espera una madre embarazada junto a sus dos pequeñas, nos bajamos del carro con tres sopas, cucharas y un vaso de jugo, me agacho para saludar a la más chiquita y suelta una sonrisa tímida, inmediatamente comienza a jugar con el pote de sopa y su vaso de jugo, le pregunto si le gusta la lechosa y asiente con la mirada, así que la felicito porque a casi nadie le gusta esa fruta de color anaranjado.
La mujer tiene 38 semanas de gestación y solo se ha visto con un médico tres veces, desconoce cuánto pesa el bebé, si es varón o hembra, una de las voluntarias es doctora y le dice con voz pesada, “sabes que en cualquier momento puedes parir”. Sus ojos se llenan de lágrimas y le responde que sí, al final expresa que todo saldrá bien, en ese momento pasa un hombre a nuestro lado y se detiene, pregunta quiénes somos y si puede unirse, se trataba de un galeno.
El doctor compartió sus datos con la mujer embarazada y se ofreció a examinarla sin cobrarle nada a cambio. Los voluntarios ya no solo somos los seis que salimos en esos dos carros, sino también los venezolanos que transitan por Caracas con ganas de ayudar.
Más adelante en Las Mercedes una joven espera a las afueras de una panadería con sus tres niñas, cuenta que la falta de empleo la llevó a buscar comida en las calles, en ese instante se detiene un carro anónimo con varios potecitos de comida, las niñas los reciben con emoción y rápidamente empiezan a devorarlos. Las tres van a la escuela y se percibe que su madre hace esfuerzos gigantes para que se mantengan sanas y unidas.
Al llegar a Chacao la última parada, salen más de diez abuelitos en busca de su sopa, las caras de agradecimiento fueron incontenibles, uno incluso soltó unas cuantas lagrimitas y manifestó que sabía que hacíamos esa labor desde el corazón, el agradecimiento era tal que se puso con nosotros a recoger los potes que serán reutilizados en las próximas jornadas.
Barriguita Llena Caracas repartió en su primera semana 59 calditos gracias a la ayuda de donaciones, en la segunda semana esos donativos se multiplicaron por lo que pudieron entregar 170 y aspiran a largo plazo llevar 200 sopas a cada zona de la ruta.
Esta misma labor se replica en diferentes estados del país. Los venezolanos se organizan para llevar alimentos a las personas más necesitadas. Las ganas de ayudar se desbordan en las calles y se materializan en un plato de comida, porque donde come uno comen dos.
Si deseas colaborar con este colectivo que trabaja para convertirse en fundación, puedes seguirlos en Instagram como @Barriguitallenaccs.
Ariadna García / @Ariadnalimon
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