Veleros robotizados miden la huella del cambio climático en el Atlántico

By Gabriela Morales 27 de octubre de 2019

DOBLE LLAVE – La Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan), la gran apuesta española por liderar las tecnologías marinas en los próximos años, liberó en la costa de la isla española de Gran Canaria, en el Atlántico, dos pequeños veleros autónomos cargados de sensores científicos que van a tomar datos sobre la acidificación de las aguas que provoca la creciente presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.

Se trata del experimento “Atl2Med” (acrónimo de Del Atlántico al Mediterráneo), que involucra a doce instituciones científicas de Alemania, Francia, Portugal, Bélgica, Finlandia y España, cuyos protagonistas son los últimos prototipos de la empresa Saildrone.

Los dos veleros son drones marinos, con capacidad para navegar tanto de forma autónoma como pilotada vía satélite desde su centro de control en Alameda (California, EE.UU.).

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Su aspecto de tabla de windsurf esconde lo último en tecnología de navegación a vela: los dos “saildrones” están propulsados por una peculiar ala con cola para optimizar el empuje del viento, heredera del diseño de su creador, el británico Richard Jenkins.

Además, su resistencia fue probada a conciencia hace solo unos meses: estos pequeños barcos autónomos completaron a principios de este año una de las pruebas más duras posibles en el mar, circunnavegar la Antártida, y recorrieron casi 22.000 kilómetros en el empeño y en el viaje de regreso a su base en Estados Unidos.

Los dos barcos sirven ahora a un propósito científico, en una ruta que les llevará primero a Cabo Verde, para luego regresar a la Estación de Series Temporales Oceánicas de Canarias, poner rumbo a Madeira, cruzar el estrecho de Gibraltar, seguir la costa de España y Francia, rodear Italia por Sicilia y terminar viaje en Trieste.

“El objetivo de esta misión será recoger información sobre el dióxido de carbono en el agua y la acidificación del océano. El otro objetivo es estudiar las corrientes en la costa, en ámbitos que tienen que ver con la temperatura del agua en la atmósfera y también con la acidificación y la biología del agua”, explicó una de las operadoras de los dos barcos robotizados, Katie Cornetta.