By 
Se supone que el Super Bowl es la gran final de la Liga de fútbol americano de Estados Unidos, que este domingo enfrentará a los Carolina Panthers contra los Broncos de Denver. Pero extraoficialmente el ganador podría no estar en la cancha, sino en los anuncios publicitarios que se emiten durante el partido.
Se estima que más del 40 por ciento de los hogares estadounidenses verá la emisión del partido por la CBS, en el mayor evento televisivo del país.
Un estudio hecho en 2014, por una agencia de publicidad de San Francisco, arrojó que más de tres cuartas partes de las mil personas encuestadas tenían más curiosidad por ver los anuncios que el propio partido. En ese sentido, en 2015, el reproductor de videos Dish DVR introdujo una función que permitía a los espectadores saltarse el juego y ver solamente los comerciales.
Es una ocasión con la que sueña cualquier publicista y que llena los bolsillos de los canales. CBS cobra cinco millones de dólares por cada uno de los entre 60 y 70 spots de 30 segundos que se verán durante la quincuagésima edición del Super Bowl. Muchas de las marcas invierten gran parte del presupuesto anual preparando las micro-películas, para que tengan gran repercusión.
La tendencia a ver entretenimiento online y en los smartphones ha provocado que algunas marcas lancen sus comerciales antes del Super Bowl, dándole a la audiencia un adelanto que en teoría ayudará luego a multiplicar las ventas.
¿Vale la pena tanta inversión? No siempre, según un estudio de anuncios de cerveza y refrescos, hecho por profesores de las universidades de Stanford y Berlín. Los comerciales del Super Bowl pueden disparar las ventas de forma significativa; sin embargo, cuando dos marcas compiten muy de cerca, pueden anularse una a la otra.
Lo que sí está claro es que la final del fútbol americano, más que una competencia deportiva, es una oportunidad de negocios gigantesca para las empresas más grandes del mundo.
Samuel Bello
Con información de dpa.
Fotografía Kirby Lee-USA TODAY Sports.
Comments