Robo a nadadores habría sido un invento
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DOBLE LLAVE – Según el jefe de la Policía Civil, Fernando Veloso, la única verdad que dijo el nadador norteamericano Ryan Lochte sobre el supuesto robo que sufrió junto a otros tres compañeros –Gunnar Bentze, Jack Conger y James Feigen– es que estaban borrachos. Las informaciones más recientes sobre el caso revelan que el incidente, que no fue ningún robo, sí sucedió en una gasolinera: los deportistas, supuestamente, rompieron parte de las instalaciones y acabaron involucrándose en una pelea con los vigilantes del lugar.

Según fuentes policiales, los jóvenes salieron de la fiesta en la que se encontraban bien entrada la madrugada del domingo y tomaron un taxi. Quisieron parar en una gasolinera para usar el baño y fue allí donde, según la versión que la Policía da por válida, causaron daños en las instalaciones. Dos vigilantes del lugar pidieron explicaciones a los atletas y les obligaron a permanecer en la gasolinera hasta que llegase la Policía. Los guardias tuvieron dificultades para controlarlos y uno de ellos acabó amenazándolos con una pistola. Las autoridades no llegaron y finalmente el incidente se resolvió con el pago por parte de los nadadores de los destrozos causados.

Como puede verse en las cámaras de seguridad de la Villa Olímpica, los cuatro llegaron sanos y salvos a las siete de la mañana a las instalaciones con sus pertenencias, llevaban sus relojes y celulares en las manos. Lochte, incluso, hizo bromas con uno de sus colegas.

El miércoles por la noche la Policía impidió que Bentze y Conger embarcasen en un avión con destino a los Estados Unidos. Los agentes sacaron a los deportistas de la aeronave para interrogarles sobre el supuesto asalto a mano armada que el propio Lochte relató a la prensa americana, ya que habían sido convocados anteriormente para declarar, pero no comparecieron. Los agentes confiscaron por orden judicial sus pasaportes y los nadadores no podrán, de momento, salir del país.

La policía ya había irrumpido por la mañana en la Villa Olímpica, donde se alojaban los cuatro, para llevarse sus pasaportes y revisar sus teléfonos móviles con la esperanza de conseguir más pistas sobre el caso. Pero Lochte ya estaba en los Estados Unidos y Feigen fuera del recinto olímpico.

Samuel Bello

Con información de El País.

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