By 
DOBLE LLAVE – Los científicos del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Livermore (LLNL) desarrollaron un material que hace las funciones de una segunda piel, que tiene un nivel elevado de transpiración y protege contra las distintas armas biológicas y químicas. Esta innovación sería el primer paso para crear uniformes inteligentes.
El mecanismo es creado con la intención de proteger a quienes trabajan bajo riesgos, por ejemplo: los militares, quienes tienen que usar un traje lo suficientemente capaz de soportar e intervenir en ambientes contaminados. Algo que sus trajes actuales no contienen.
La «piel protectora» está fabricada de membranas poliméricas flexibles con canales nanotubos de carbono alineados, mismos que actúan como poros conductores de humedad. La proporción de estos poros es menor a 5 nanómetros, es decir, 5 mil veces más pequeño al grosor de un cabello humano.
El nuevo material aprovecha las propiedades únicas de transporte de los poros de nanotubos de carbono, lo que aporta una alta capacidad de transpiración. Al cuantificar la permeabilidad de la membrana para ajustarla con respecto al vapor de agua, los estudiosos hallaron por primera vez que, cuando se emplea un gradiente de concentración como fuerza conductora, los nanocanales de nanotubos de carbono pueden soportar tasas de transporte de gas que superan en más de un orden de magnitud las de una teoría de difusión bien conocida.
Las membranas también aportan protección ante armamento biológico, gracias al minúsculo tamaño de sus poros. Las pruebas realizadas, mostraron que las membranas de nanotubos de carbono combatieron el virus del dengue. Sin embargo, las moléculas de sustancias de guerra química son mucho más pequeñas, por lo que es indispensable que tengan la capacidad de reaccionar para bloquear la amenaza.
El equipo de científicos ahora se encuentra trabajando en un segundo sistema que se asemeja a la piel viva para combatir agentes externos.
Angélica Rodríguez.
Con información de UnoCero.
Comments