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Charles Simon es un empleado de la empresa estatal francesa de ferrocarriles SNCF. En el 2003 descubrió un presunto fraude de 20 millones de euros en falsas facturas de transporte. Hizo la correspondiente denuncia por los cauces habituales de la propia empresa y sus jefes le pidieron que se tomara el asunto con calma: le ordenaron quedarse en casa a la espera de un nuevo destino dentro de la compañía.
Así hizo Simon. Y estuvo, durante 12 años, cobrando mensualmente la cifra de 5.496,69 euros, sin ir al trabajo y sin que le asignaran su nuevo destino.
Ahora, en el 2015, luego de cobrar un total de 787.635,36 euros, Simon ha enviado varias cartas de Guillaume Pepy, presidente de SNCF. En las mismas, le reclama una compensación por los daños producidos por “poner freno a su prometedora carrera”.
Tras hacer pública la denuncia, SNCF emitió un comunicado en el que anuncia que Simon tendrá un nuevo puesto de trabajo a partir del primero de septiembre. De igual modo, califica su postura de “mal intencionada”.
LS
Con información de Yahoo! Noticias.
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