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En El Salvador se ha desatado lo que analistas y políticos locales describen como «una nueva guerra» entre las pandillas o maras y el Estado. Esta guerra se cobró a diario en los dos últimos meses entre 22 y 24 muertos.

La violencia llegó a tal grado que el Departamento de Estado norteamericano renovó recientemente una «alerta» para todos sus ciudadanos para advertir del peligro de viajar a El Salvador, donde desde 2010 han sido asesinados 34 estadounidenses, según el comunicado de Washington.

Los ataques a puestos fijos de la policía o del Ejército no se limitan a tiroteos, sino que también se producen lanzamientos de granadas de fragmentación casera, de acuerdo a declaraciones del director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Ramírez Landaverde.

De acuerdo al analista en derechos humanos Benjamín Cuellar, en El Salvador tienen lugar tres tipos de guerras: la en contra de las maras; la entre las maras y la de las maras en contra de la sociedad. «Todas estas guerras se fortalecen a diario gracias a la impunidad vigente en El Salvador, de manera histórica», apuntó.

«Las pandillas están replicando acciones que usan las guerrillas; son ataques de sorpresa para causar más daño», aseguró un fiscal que no quiso dar su nombre. Igualmente consideró que «quizás a estos pandilleros los están entrenando personas que estuvieron en la guerra civil».

El conflicto armado se prolongó de 1980 a 1992, con un costo de 70.000 muertos, 8.000 desaparecidos y más de un millón de desplazados..

En lo que va del año han sido asesinados 28 policías y 13 soldados, en ataques directos, emboscadas o ejecutados después de detenidos. La tasa de homicidios en 2014 fue de 69 por cada 100.000 habitantes, y en 2015 podría elevarse a más de 80 por cada 100.000 habitantes.

Un periódico local, «El Diario de Hoy», indicó en un reportaje que al tratar de ubicar a los familiares de 58 personas asesinadas en cinco municipios, sólo se encontraron las viviendas abandonadas, desmanteladas, con sus animales domésticos hambrientos y enfermos y sus huertos totalmente descuidados.

Jeannette Aguilar, del Instituto Universitario de OLSpinión Pública (IUDOP), dijo que el fenómeno de los desplazamientos no se da sólo en El Salvador, sino también en Guatemala y Honduras, donde el pandillerismo y el narcotráfico son también fenómenos que agobian a sus sociedades y mantienen al llamado Triángulo del Norte de Centroamérica como una de las zonas más letales del mundo, de acuerdo con Naciones Unidas (ONU).

LS

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Jose Cabezas.

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