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Al menos diez personas murieron debido a bombardeos rusos y a una nueva gran ofensiva del Ejército sirio contra insurgentes en la ciudad de Homs, en el norte del país árabe.
En la zona se están librando intensos combates entre los leales al régimen y las fuerzas de la oposición, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres.
Un activista de la localidad de Talbiseh dijo que entre las víctimas hay también mujeres y niños, y aseguró que los seguidores del gobierno sirio han conseguido avanzar.
La región está controlada por rebeldes moderados y radicales. El moderado Ejército Libre de Siria (ELS) domina Talbiseh, según los activistas, que señalan que en la zona no hay presencia de extremistas como los del Frente Al Nusra, una rama de la red terrorista Al Qaeda.
«Las personas no pueden huir a ningún lugar», agregó el actvista. «Tienen miedo y están asustados, como si fuera el día del juicio final», dijo. La lucha por Talbiseh se da porque se trata de un importante cruce de caminos hacia el norte. Tanto en la ciudad como en los alrededores viven decenas de miles de personas.
El Ejército de Siria y sus aliados iniciaron hace más de una semana una ofensiva en el terreno contra los rebeldes que ha contado con el apoyo desde el aire de los bombardeos rusos, una ayuda que varias naciones de occidente cuestionan.
Según el Kremlin, estos bombardeos se centran en combatir a la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Estados Unidos y otros países, así como activistas sirios, acusan a Moscú de atacar principalmente a rebeldes, que están enemistados con el EI. Rusia quiere impedir la caída del presidente sirio Bashar al Assad, la principal reivindicación de los rebeldes.
Para evitar incidentes en el espacio aéreo, Rusia e Israel están intercambiando información sobre sus misiones en Siria, informó un portavoz del Ministerio de Defensa ruso en Moscú.
LS
Con información de dpa.
Fotografía REUTERS/Khalil Ashawi.
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