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En Brasil es común que dos ladrones intenten robar a una mujer y se escuchen gritos de auxilio, sin embargo no lo es tanto cuando uno de los asaltantes es quien pide socorro. Hay que recordar que esto solo puede suceder cuando se tiene el entrenamiento adecuado.

Wesley Sousa de Araújo y otro hombre no sabían con quién se enfrentaban cuando asaltaron a la luchadora cinturón azul de jiu-jitsu Monique Bastos, mientras se dirigía a entrenar el pásado martes en Açailandia (Maranhao, noreste de Brasil).

Sousa fue el encargado de anunciarle el robo a la deportista, que acto seguido le inmovilizó con un triángulo, una llave que inhabilita al adversario colocando su cabeza entre las piernas del luchador, que queda sentado sobre él.

Mientras el otro asaltante conseguía huir con el celular, Sousa, de 18 años, gritaba despavorido en el suelo pidiendo ayuda a la policía, mientras decenas de curiosos se acercaban, lo fotografiaban y lo increpaban.

“¡Llama a la policía, llama a la policía! ¡Socorro!”, grita el ladrón en un video colgado en las redes sociales, al tiempo que asegura que era la primera vez que robaba.

Con sus piernas enredadas al cuello del asaltante, se puede ver cómo Bastos evita que los agitados vecinos agredan a Souza, que permaneció inmovilizado durante 15 minutos hasta que llegó la policía y lo detuvo.

“Estaba yendo al gimnasio, a entrenar. Ellos llegaron en moto y me sacaron el celular enseguida. Pensé que eran amigos, pero pronto vi que no eran y los empujé tirando la moto. El acompañante acabó llevándose mi teléfono”, contó Monique Bastos.

La luchadora aseguró que tuvo que detener a varios vecinos que querían atar, golpear e incluso acuchillar al ladrón. Las golpizas y hasta linchamientos de presuntos delincuentes son habituales en Brasil.

AG

Con información de Informe21.

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