Las fuerzas armadas de Estados Unidos esperan poner en uso el armamento láser en dos años
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En el universo de la ciencia ficción términos como láser, rayos, espadas y escudos son muy comunes ya que son las armas más poderosas en ese mundo. Aunque por mucho tiempo fueron producto de la imaginación, ese arsenal del futuro podría aguardarnos a la vuelta de la esquina en la vida real.

El uso del láser con fines militares pasará muy pronto de los experimentos a la práctica en situaciones de combate real. La marina, la fuerza aérea y el ejército de Estados Unidos aceleraron sus preparativos para ese momento.

Las fuerzas armadas de Estados Unidos esperan poner en servicio armamento láser en una fecha tan próxima como 2018. Ese año la flota norteamericana, que ya ha probado con éxito un sistema conocido como Laser Weapon System (LaWS), habrá instalado la tecnología en sus unidades. Por el momento solo el USS Ponce, un buque portahelicópteros desplegado en el Golfo Pérsico, cuenta con un prototipo a bordo.

La mayor expectación se concentra en la fuerza aérea. De acuerdo con altos mandos militares, los primeros sistemas defensivos láser, una especie de escudos como los que protegen las naves en los filmes de ciencia ficción, serán puestos a prueba en 2020. Luego los cazas y aviones de armamento pesado, como los AC-130, serán equipados con armas capaces de destruir misiles y aeronaves enemigas a larga distancia. La última fase comprenderá el uso de rayos láser para destruir objetivos en tierra.

El empleo del láser con fines militares cambiará dramáticamente la guerra convencional. Esta tecnología supera a los proyectiles convencionales. En primer lugar, el rayo se mueve a una velocidad cercana a la de la luz. Además, al contrario de los misiles, burlados por pilotos experimentados mediante maniobras evasivas, las actuales generaciones de cazas no pueden esquivar un “disparo” láser. De manera invisible y silenciosa impactará el objetivo.

Los aviones equipados con armas láser contarán con un arsenal casi infinito. Mientras el número limitado de misiles y bombas obliga a regresar a bases y portaaviones para apertrecharse, los mortíferos rayos solo necesitan energía para golpear una y otra vez. Se estima que una descarga consume alrededor de un litro de combustible. El reabastecimiento en el aire permitirá entonces a los pilotos retornar al combate sin aterrizar. Solo el derribo o el cansancio pondrán fin a las misiones.

El láser genera enormes cantidades de calor, que concentradas sobre un punto atraviesan cualquier superficie. Y nada ni nadie quedarán a salvo. En el combate aéreo un rayo de centenares de kilovatios destruirá desde misiles hasta aeronaves. En tierra los vehículos y edificaciones podrían sufrir también el efecto devastador de esta arma futurista. Estados Unidos no es el único país que se ha lanzado a esta nueva carrera por el arma más poderosa. Aliados y enemigos de Washington adelantan también investigaciones y ejecutan ensayos.

AW

Con información de Yahoo!

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