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Las tiendas virtuales resultan muy atractivas al público por la comodidad de poder hacer los pedidos de productos o adquirir un servicio a través de un clic, pero en ocasiones hacen falta algunas habilidades para fomentar las compras impulsivas. Por eso es necesario:

Un buen producto: cuanto más exclusivo y difícil de localizar por otros medios, es mucho más atractivo. Deberás diferenciarte muy bien a través de una especialización o la distribución exclusiva de marcas extranjeras.

Un gran descuento: es uno de los principales ganchos, pero no el único. El efecto ganga está muy presente en la adquisición impulsiva.  Negociar con las grandes marcas para conseguirlo es una de las tareas más difíciles para el emprendedor, aunque es cuestión de conocer el sector e identificar bien a los distribuidores.

Bien paquetizado: una buena forma de promover las compras es presentado el producto en lote con otros artículos que le son complementarios, bien para venderlo en conjunto o para relativizar los precios.

Limitado en número de unidades: todos hemos sucumbido alguna vez al gancho de “es el último que me queda”. En Internet ocurre lo mismo, es más fácil promover el impulso si el número de unidades es limitada y más si vemos la disponibilidad en tiempo real. Este tipo de estrategias juegan con el efecto psicológico de la oportunidad.

Con sugerencias sucesivas: cuando se va a cerrar el proceso de compra, aparece una sugerencia del tipo de “al que compró esto, también le interesó esto otro, ¿quieres adquirir el paquete con el x% de descuento?

Tiempo limitado: la oferta debe estar disponible sólo durante un periodo determinado y cuanto más corto, mejor. Es muy importante ser cuidadosos con las promociones, no podemos lanzar una campaña sobre un producto con un 15% de descuento durante sólo tres días y al cabo del mes volver a lanzar la misma promoción. Esta estrategia está llamada al fracaso.

Información bien gestionada: es importante saber gestionar muy bien la base de datos. En definitiva, se trata de monitorear las compras para reconocer cuál es la oferta o el tipo de promoción más adecuada para cada cliente.

Un proceso de compra ágil: aquí está el gran obstáculo de la compra virtual. Me he enganchado a un producto que en realidad no necesito, lo compro y empiezan a salir más y más formularios, pidiendo datos. Cuando llega el momento de meter mis datos bancarios, ya me he enfriado. Esta situación se repite con frecuencia.

Una adecuada atención postventa: es importante cumplir los plazos y las condiciones de entrega. Se valoran los sistemas de alerta que permiten hacer el seguimiento del pedido. Y muy importante facilitar y simplificar al máximo el proceso de devolución, en caso de que sea necesario; debe ser tan sencillo como en una tienda física.

DS

Con información de Emprendedores

Fotografía Gettyimages 

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