Las hormonas que se liberan en el encuentro amoroso alimentan al sistema nervioso permitiéndonos ser felices
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DOBLE LLAVE – El encuentro sexual más que un placer es una necesidad física y es que aunque existan muchas personas que se acostumbran a vivir sin él, es imposible que ante su ausencia nuestro organismo funcione correctamente.

Vivir sin sexo durante un tiempo prolongado no genera, en sí mismo, una enfermedad. No obstante cuando una vida sexual altamente activa se interrumpe aparecen cambios en el organismo que pueden llegar a ser peligrosos, así lo aseguró Eduardo Ramos Cuevas, de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual.

Esto se debe a que hay áreas concretas en el cerebro que intervienen en el comportamiento sexual y se benefician de las hormonas segregadas, cuando tales sustancias no se reciben comienzas los problemas anímicos, de memoria y actuación.

En la abstinencia se deja de producir dopamina, un neurotransmisor que mejora la atención, controla los impulsos y la relación motivación- recompensa; y prolactina asociada con la sensación de saciedad y la secreción de leche.

Por otro lado, se afecta la producción de oxitocina, encargada del impulso romántico-social,  y de andrógenos que influyen en el humor, excitación y percepción de la pareja.

En conclusión, la falta afecta la salud emocional porque el organismo prescinde de sustancias vitales para tener una vida sociable, amena y fructífera en el alcance de nuestros objetivos.

Si es tu caso y vives en abstinencia, el ejercicio, bailar, cantar o comer chocolate son actos que ayudan a segregar estas hormonas vitales para tu bienestar personal. Además, debes prestar especial atención en liberar tu dieta de grasas  saturadas y azucares refinados.

Yelimar Requena

Con información de Salud180.

Fotografía Gettyimages.

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