Uno de sus propósitos principales es que no seamos "blancos fáciles" para no aumentar las oportunidades de actuar en nuestra contra
0

Estar seguro es algo que va mucho más allá de comprar e instalar cámaras, alarmas u otros elementos específicos asociados al resguardo, es más bien adaptar los hábitos de vida para estar más protegidos y esto se logra con capacitación o adiestramiento, trabajo en equipo y prevención.

Los delincuentes actúan ante la oportunidad, y muchas de esas oportunidades se deben a la falta u omisión de medidas preventivas, y estas medidas solo pueden ser accionadas por nosotros como grupo familiar, de ahí se desprende que cada familia debe desarrollar su propio plan de seguridad y prevención familiar.

Dicho plan consiste en identificar las posibles amenazas a las que está expuesta cada familia como puede ser secuestro, robo, hurto, amenazas, entre otras agresiones. Debe incluir la vivienda familiar, es decir el hogar, así como las rutas habituales a los trabajos, centros de estudios, y actividades rutinarias, lo que hacemos en el día a día.

Debe abarcar a todos los miembros del núcleo familiar, poseer estrategias de comunicación, contar con claves de alerta o pánico, métodos para la verificación de identidades e identificación de niveles de temor y peligro.

El riego se mide estimando o valorando el nivel de exposición, la frecuencia de exposición y la vulnerabilidad de tal exposición, con ello se determina dónde y cuándo estamos más expuestos; allí comienza la labor de determinar cómo podemos disminuir este nivel a su mínima expresión y por consiguiente controlarlo.

Desarrolle su carta de seguridad familiar, o mejor aún, memorice los datos personales de cada uno de quienes le rodean, incluyendo nombre legal, cédula, tipo de sangre, número telefónico particular, datos del carro que usa (no solo la marca y el color).

Posea en la web, en archivo digital seguro, un inventario de artículos y vehículos, con copia de los títulos de propiedad, cédulas, números de tarjetas de crédito, débito, chequeras, cuentas de banco. Memorice al máximo posible sus números de tarjeta de débito y claves de banco, toda esta información la necesitara para anular documentos, denunciar su perdida y poder actuar lo más rápido posible en caso de necesidad.

Si su operadora lo permite, active o coloque un identificador de llamadas y una grabadora de mensajes con capacidad de registrar conversaciones. Grabe su mensaje de identificación sin dejar su apellido. No realice acuerdos de dinero a través de llamadas telefónicas: nunca se sabe quién puede estar escuchando.

Denuncie ante la policía cualquier tipo de llamada extorsiva y asesórese con especialistas o expertos que le puedan orientar disminuyendo su riesgo. En el caso de tener empleados domésticos, revise sus antecedentes laborales, y realice una entrevista profunda. Obtenga, verifique y conserve la correspondiente documentación.

Asegure su discreción y honradez probándolos en forma continua. Ante todo no deje su información financiera al alcanze de cualquiera.

No obstante, lo verdaderamente relevante y más importante es que en su entorno se desarrolle una cultura familiar en la que todos los integrantes estén conscientes de los peligros a los que están expuestos y sobre cómo actuar en el caso de desarrollarse un incidente o suceso que los afecte e involucre.

Los delincuentes utilizan el factor sorpresa, por ello debemos aprender no a ver, sino a observar analíticamente y a detectar -con carácter preventivo- posibles situaciones anómalas para poder evitarlas.

En la medida que no seamos blancos fáciles, y no demos oportunidad de actuar en nuestra contra, podremos efectivamente disminuir el riesgo de ser víctimas.

Especial para Doble Llave.

Francisco Bello / [email protected].

Consultor en temas de Seguridad Integral.

Fotografía Gettyimages.

Topol-M, un misil ruso difícil de detectar

Entrada anterior

Merkel busca contingente legal para refugiados

Siguiente entrada

Comments

Comments are closed.

Más en Destacadas