Desde que la industria de juegos de video genera millones, sus trabajadores no deben dividir su tiempo entre esta actividad y su trabajo real
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Al principio, el diseño de videojuegos era a menudo cosa de una o unas pocas personas que lo hacían de manera paralela a su «verdadero» trabajo, pero hoy en día las cosas han cambiado: la industria genera millones en facturación y emplea a numerosos especialistas en todo el mundo.

En las etapas iniciales los desarrolladores de juegos eran casi todos programadores. En la actualidad hay otros especialistas que son igual de importantes, explica Thomas Bremer, profesor de Game Design en la Escuela Superior de Tecnología y Economía (HTW) en Berlín. «Hay tres grupos: la parte técnica, la de animación y el Game Designer (diseñador de juegos)».

El último de la lista es el especialista más nuevo, que se «está volviendo lentamente una actividad en sí misma». Los Game Designer diseñan las reglas sobre las que se basa un juego. «Así que sin ellos en realidad no hay nada», explica Bremer.

Los animadores y diseñadores de arte se dedican a su vez a garantizar que haya algo que ver cuando se juega: ellos diseñan el mundo en el que se desarrolla el juego y los personajes. También son los responsables de la interfaz, es decir, los menús y otros botones con los que interactúa el usuario.

Los programadores son los responsables de la estructura técnica sobre la que se apoyan el juego y el diseño artístico y que unen todos los elementos hasta formar un producto terminado. Su tarea es la que más ha cambiado en los últimos años, señala Bremer, porque muchos videojuegos se basan hoy en los llamados «engines» (motores).

Es decir, software básico que se compra ya hecho y trae la estructura fundamental de un juego. Los informáticos tienen pues un papel clave, sobre todo en la infraestructura online de un juego.

Quien quiera trabajar en el sector ya puede especializarse en una de las áreas durante la formación, pero también hay carreras que forman en todas las tareas para tener una visión general. Es el caso de Tim Eckhoff, que trabaja desde 2013 como ingeniero de software en la empresa Wooga de Berlín. «Hice un estudio general durante el que aprendí cosas de cada disciplina, y la especialización llegó al final».

En el trabajo diario no sólo son importantes las capacidades técnicas, sino también las habilidades sociales como ponerse en el lugar de los demás y saber debatir. Una gran parte del trabajo diario de Tim Eckhoff no es delante de la computadora, al menos en determinadas fases del proyecto.

«Ahora estamos llegando a la fase final de un juego, entonces sí que hay verdadera programación», señala. «Pero antes hubo mucha cháchara, hay días enteros de reuniones o en las que éstas constituyen las dos terceras partes del día».

Además del desarrollo de los juegos hay otros trabajos en el sector, por supuesto las funciones «clásicas» de una empresa como administración, marketing y personal. Y a su vez hay nichos de trabajo para los diseñadores fuera del mundo de los videojuegos.

«Nuestros estudiantes también trabajan en otros sectores e incluso en la asesoría a empresas. Los Game Designer son expertos en motivación, algo que puede aplicarse en muchos campos», subraya Bremer.

AG

Con información de dpa.

Fotografía Inga Kjer / dpa-tmn.

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