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Muchos conductores olvidan la responsabilidad que tienen al manejar, lo que acarrea graves consecuencias: el número de muertos en carretera es alto. Es hora de recordar todas aquellas normas que han quedado en el olvido para llegar sano y salvo al destino.

  • La norma de los dos segundos: Conducir muy cerca en una situación de mucho tráfico es una de las principales causas de accidente. Se recomienda que los conductores cuenten despacio hasta dos en cuanto el auto que lo antecede pasa por un punto fijo, por ejemplo una señal de tráfico. Si durante la cuenta el coche propio no ha llegado a ese mismo punto, entonces la distancia es suficiente.
  • Activar el intermitente:  Muchos conductores que activan el intermitente lo hacen tarde. Quien duda al indicar pone en peligro a otros, por ejemplo cuando se quiere cambiar de carril en una autopista y obliga así a otros a frenar o esquivarlo.
  • La segunda mirada: La norma de que la derecha tiene prioridad sobre la izquierda es lo más básico de la conducción. Mirar a la derecha en un cruce sin semáforo o sin señal de prioridad es algo que se debe hacer siempre. Normalmente los conductores echan un vistazo rápido a la carretera, en el mejor de los casos al carril izquierdo, y continúan. En ese momento existe un gran peligro de que un vehículo se acerque por la derecha, por lo que no conviene fiarse únicamente de la primera mirada.
  • La salida de las curvas: A menudo los conductores acortan las curvas por comodidad cuando cruzan una calle a la izquierda. Lo cómodo en este caso puede salir caro. Quien reduce la trayectoria en una curva atenta contra la norma básica de circular por la derecha.
  • Distancia en parado: También al estar parado se debe mantener una distancia de seguridad, ya sea ante un semáforo, en un atasco o un cruce. Un metro debería bastar, sin embargo, vale una norma general que a menudo se olvida: Siempre se deberían ver las ruedas traseras del vehículo que va delante.
  • Calma: Muchos manejan demasiado rápido y se dejan convencer o seducir por una conducción arriesgada, a veces sólo por diversión y otras por prisas. Una típica lección que se olvida a menudo es la de mantener la calma al volante.

AG

Con información de dpa.

Fotografía Armin Weigel / dpa / dpa-tmn.

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