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El Instituto de Investigación de Fuerza Eléctrica de Estados Unidos organizó el mes pasado un curso de tres días, para ayudar a casi una decena de compañías eléctricas a escoger los mejores dispositivos para la inspección de cables y torres.
Tras el evento, el instituto encontró que las aeronaves de control remoto conocidas como drones, permiten que el trabajo de los empleados en los tendidos eléctricos sea más seguro, más eficiente y más económico. Pero se han tardado en adoptar esa tecnología debido a la rigurosidad de las normativas.
La Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) considera a los drones, por razones de seguridad, como cualquier aeronave. Es por ello que las empresas están sujetas a normas estrictas a fin de conseguir un permiso para utilizarlos.
Existen numerosas condiciones y limitaciones: el operador del dron necesita tener licencia de piloto, el aparato debe pesar menos de 25 kilogramos, los vuelos no deben pasar una altura de más de 61 metros sobre el suelo, y debe ser manejado en la línea visual del piloto.
La FAA autorizó a siete empresas de servicios públicos en Estados Unidos a que prueben la tecnología de los drones. La empresa eléctrica Consumers Energy, en Michigan, efectuó varias pruebas en las que utilizó su propio dron de ocho rotores y varios vehículos aéreos no tripulados bajo control de vendedores externos, para inspeccionar turbinas de viento, postes de luz y transformadores.
Y aunque la prueba fue exitosa, las compañías eléctricas esperan que pronto se apruebe el uso de drones para estas inspecciones, que suelen resultar altamente peligrosas para los humanos.
EC
Con información de agencias.
Fotografía Getttyimages.
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