El nutricionista Lenín Dox-Blanco llama a tener cuidado en cómo sustituimos los alimentos escasos
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DOBLE LLAVE – En los últimos años, a medida que la escasez en Venezuela y la inflación ganan más fuerza, se ha desarrollado una alternativa llamada “cocina en tiempos de crisis”. Esta manera de cocinar a la que muchas familias se han abocado para mantener satisfechos sus estómagos consiste en utilizar alimentos no convencionales para sustituir a los que antes eran normales. En este sentido, muchos hemos escuchado de las arepas de yuca y de auyama, para sustituir la harina de maíz, y la “carne mechada” hecha con cáscara de plátano.

Aun cuando estas opciones parezcan llamativas y se piense que se pueden resolver varias comidas al día con ellas, el doctor Lenín Dox-Blanco, nutricionista egresado de la UCV y la USB, advierte que comerlas sin tomar en cuenta el aporte proteico y calórico que tienen puede llevar a severas desnutriciones. Según el doctor, la utilización de la yuca y el plátano (en forma de masa) era típico de nuestro país, mediante el casabe o las mandocas, y que su uso, junto a la auyama y otros vegetales para sustituir la harina de maíz no está mal, pues aporta la misma nutrición. Sin embargo, a causa de la crisis, se ha “nacionalizado” el consumo de estos alimentos de forma indiscriminada buscando sustituir a otros productos escasos, por lo cual se deja de tomar en cuenta la nutrición para buscar la saciedad, sentirnos llenos.

“Lamentablemente, tenemos hambre y buscamos la forma de saciarla como sea con lo que tenemos”, afirma. Y esto es lo que hacemos sustituyendo las proteínas animales con, por ejemplo, la cáscara de plátano. Preparar esta “carne mechada” consiste en rayar la parte interna de la cáscara y sofreírla junto a los mismos vegetales y aliños que se utilizarían para una carne normal. Esto, según el doctor, no genera el mismo aporte nutricional y nos hace discriminar de nuestro plato un importante grupo alimenticio: las proteínas. Esto nos lleva a no alcanzar una buena nutrición, no importa qué tan cuantiosa sea nuestra comida.

“Antes muy bien tomábamos en cuenta estos grupos alimenticios cuando comíamos el arroz con cualquier grano, por ejemplo. Era un cereal con un grano, hacían una proteína de alto valor biológico, los costos eran muy económicos y, por supuesto, la gente salía muy bien alimentada y muy bien nutrida”, asegura el doctor perteneciente a la Sociedad de Obesología de Venezuela y EE.UU. Esto, nos explica, es la mejor opción para prescindir de una proteína animal: combinar granos con cereales ya que, además de que se inflan en el estómago y generan la ansiada saciedad, también rinden para varias personas.

Granos como caraotas negras, rojas, blancas, habas, garbanzos, lentejas, arvejas o frijoles combinados con trigo, arroz o avena son la alternativa perfecta para discriminar el consumo de carnes. Sin embargo, Dox asegura que en el mercado estos granos pueden resultar más caros que los cortes de carne magra o de segunda. Para él, aun cuando la grasa de estas carnes puede ser perjudicial, se presenta como un aporte calórico que no podemos dejar de ver como una opción frente a no obtener ninguna nutrición de falsas proteínas, como la cáscara de plátano. El doctor asegura que hay que reorientar el consumo.

Una silenciosa desnutrición

Los consultorios del doctor Dox-Blanco solían estar llenos de personas rellenitas que querían bajar de peso, pero ahora gente cada vez más esbelta acude para preguntar cómo resolver con poca comida. “Hay gente que ni siquiera se da cuenta de que está comiendo menos”, afirma el doctor. “Estamos viendo desnutriciones proteicas que antes no veíamos y la única forma de salir de ellas es alimentándose”.

Blanco asegura que muchas de las enfermedades endémicas que están surgiendo en el país son causadas por desnutrición. Un sistema inmunológico débil, debido a una nutrición pobre, no puede defenderse frente a la malaria, el paludismo o la difteria, lo que para él explica que estas hayan reaparecido recientemente.

Aun cuando la mejor forma de solucionar estos déficits es comiendo, y el doctor reconoce que eso hoy en día “es lamentablemente un lujo”, hay opciones que nos permitirán estar alertas de nuestro estado de salud y que nos ayudarán a comer mejor:

  •  No comas de más, ya que comer mucho no significa estar bien nutrido. Con porciones pequeñas pero que incluyan carbohidratos, proteínas y grasas se puede generar una buena nutrición.
  •  Las merengadas de proteínas, los llamados “polvitos”, son también un complemento válido de la dieta, pero si los encuentras más costosos que las carnes o los granos, inclínate hacia lo natural, combinando en tu plato vegetales, proteínas (se encuentran en las carnes, pero también en los granos combinados con cereales) y carbohidratos (la parte más importante, pues son los que dan energía).
  •  La desnutrición afecta más a los menores de 18 años, con especial énfasis en los bebés menores a dos años. De su nutrición depende su crecimiento y el desarrollo de sus sistemas.
  •  Para saber si estás desnutrido préstale atención a estos indicios: pelo débil y quebradizo, piel reseca y no elástica, uñas quebradizas, piel blanca debajo de las uñas, debilidad y fatiga.
  •  No le tengas miedo a visitar varios lugares para encontrar alimentos baratos. Si no te gusta hacer cola o no tienes tiempo, analiza si de verdad tú y tu grupo familiar se están nutriendo bien. Según el doctor, hay lugares que venden la carne a un precio accesible, pero tras una frecuente cola.
  •  Apoyémonos entre todos. Dox recomienda que poniéndonos de acuerdo con nuestros vecinos podemos organizar comidas en conjunto donde todos aporten. Entre muchas personas se puede conseguir que un plato tenga todos los elementos necesarios para una buena nutrición, pues unos tendrán algunos vegetales, otros tendrán un poco de carne y otros pudieran poner los carbohidratos.

Miguel Rivero

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