Debido a la gran contaminación ambiental que hay en China, el Gobierno se ha visto obligado a tomar medidas previsivas para evitar que se sigan elevando las nubes contaminadas. De hecho, en el futuro, podrán ordernar el cierre de fábricas, gracias a un sistema de última tecnología.
Un equipo de ingenieros de la Oficina de Medioambiente de Beijing vigila con atención unas supercomputadoras que calculan la contaminación en Beijing. Este programa es una de las armas desplegadas por China para combatir la contaminación crónica, junto a drones, satélites y otros captores.
El objetivo de estas máquinas es identificar, muy precisamente, el origen de la nube tóxica para evitar de forma preventiva cualquier emisión futura. Por los momentos hace falta la inversión de más de estos equipos que identifiquen los agentes contaminantes en esta gran ciudad.
GP
Con información de AFP.
Fotografía REUTERS/Kim Kyung-Hoon
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