Cambio de sexo: un tabú en Venezuela

DOBLE LLAVE – Uno de los grandes temas del siglo XXI es la identidad sexual. No debe confundirse con la orientación sexual; es decir, con las preferencias sexuales de alguien. La identidad hace alusión al reconocimiento que una persona hace de su cuerpo: si se siente del género masculino o femenino.

En Venezuela, el debate se puso de moda gracias a Karina. La cantante y actriz anunció que su hija iniciaría el proceso de reconversión a varón. A nivel mundial, desde hace unos cuantos años el tema ha sido explorado en diversos foros. Para hablar del mismo, el equipo de DOBLE LLAVE contactó a Huniades Urbina, pediatra, ex jefe de urgencias del JM de Los Ríos, director en dos ocasiones de dicho hospital y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Cuidados Intensivos Pediátricos.

El doctor Urbina asegura que a partir de los dos años de edad los niños empiezan a mostrar rasgos de su identidad sexual. En ese momento, puede darse que, por ejemplo, un varón manifieste conductas más típicas de las niñas. Eso puede disiparse o acentuarse con el tiempo. En caso de que ocurra lo segundo, Urbina explica que tanto la familia como los maestros –en caso de que el infante ya esté en edad escolar– deben actuar de forma mancomunada para encontrar el apoyo de profesionales.

Pediatras y psicólogos pasan a jugar, entonces, un papel importante. La familia y el infante en cuestión deben dejarse orientar por ambos doctores, de cara a tomar las mejores decisiones posibles. Huniades asegura que en estos casos el niño se siente atrapado en un cuerpo que no es el suyo: una niña puede sentirse varón, pese a tener los órganos reproductores femeninos; y viceversa.

Entonces, se decide si iniciar o no un tratamiento hormonal para lograr el cambio de sexo. Acá entran en juego el endocrinólogo y otra serie de especialistas. Por ejemplo, entre los nueve y los 13 años se produce el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios –a las niñas les crecen los senos, a los niños les cambia la voz, etc.– y algunos doctores consideran oportuno frenar la adolescencia mediante el consumo de hormonas. La razón es que de no hacerlo podría tornarse más engorroso el futuro cambio de sexo absoluto: una hipotética hembra que se sienta varón debería extirparse los senos, un procedimiento que puede generar gran dolor.

No obstante, el consumo de hormonas podría, según algunos estudios, perjudicar la estructura ósea del paciente. Se debe, por consecuencia, recurrir a otro especialista que indique cuál es la ruta a seguir. El camino, según explica Urbina, es largo, y lo más importante es estar lo mejor asesorado posible.

Algunos organismos internacionales estipulan que las operaciones de cambio de sexo son posibles solo a partir de los 18 años. Urbina aclara que se trata de procedimientos quirúrgicos complicados, pero que pueden lograr resultados muy satisfactorios. Asegura que hay personas que tras pasar por este procedimiento dicen sentir placer sexual en sus nuevos órganos; asimismo, aprenden a explotar la sexualidad de otras zonas erógenas del cuerpo.

A nivel mundial, todavía hay sitios en los que el deseo de cambiar de sexo es visto como un tema tabú. En España, a esto se le considera una patología. La razón responde a la practicidad: darle esta distinción le permite a los pacientes acceder a tratamientos gratuitos. En Venezuela, por otro lado, el retraso en esta materia es evidente. Incluso a nivel legal, cualquier persona con una orientación sexual distinta a la hetero o con una identidad diferente a su género de nacimiento se encuentra en desventaja.

La sociedad venezolana, indica el doctor, se muestra reacia a tocar estos temas. Los niños con dificultad para definir su identidad sexual suelen ser víctimas de vejaciones y bullying; por ende, la depresión es un riesgo latente. Y, ya se sabe, la consecuencia más lamentable de esta enfermedad es el suicidio.

Otro riesgo es que, a falta de asesoramiento médico, los jóvenes se automediquen, haciendo peligrar su salud. En ese orden de ideas, Huniades Urbina resalta la importancia de que estos temas sean discutidos en el país y dejen de ser un tabú.

Samuel Bello