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DOBLE LLAVE – En las últimas semanas una espesa nube de lo que parece ser neblina ha cubierto Venezuela, a diferencia de otras épocas del año ésta no produce esa peculiar sensación de frío que hasta coquetea con el romanticismo, muy por el contrario asfixia, incomoda y reduce la visibilidad de los ciudadanos.
La razón de ello es que lo que nos invade no es la tradicional suspensión de pequeñas gotas de agua que cubren las montañas con una helada brisa, lo que encaramos diariamente recibe el nombre de Calima, fenómeno meteorológico que sucede cada año.
José David Sánchez, pronosticador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh), dijo a nuestra redacción que la calima no es más que “polvo suspendido en la atmosfera a razón de la contaminación” producida por los incendios forestales, el smoke de los carros y demás consecuencias de la vida urbana.
De la misma manera Sánchez aseguró que no se trata de un escenario desconocido, por el contrario inunda territorio nacional cada año desde que se han acentuado las sequías. Por lo general dice “presente en el primer trimestre del año con un ligero ahincó en los meses de marzo y abril”, aseveró.
En cuanto a las implicaciones en la salud. A pesar de que el investigador de la Universidad de Los Andes de Mérida, Marcos Peñaloza, aseveró que la calima no es tóxica porque se “forma de partículas de cloruro de sodio”, existen personas que se han reportado enfermas al convivir con el espeso ambiente.
Sánchez afirmó que efectivamente las “personas con predisposición genética a afecciones respiratorias, reaccionan negativamente ante este y cualquier otro fenómeno natural”, de ahí a que tantos ciudadanos hayan padecido ataques de asma, malestar de gripe, irritación de la garganta, entre otros síntomas.
El resto de la población no está exenta a presentar incomodidad ante el polvo suspendido, “quienes nunca han registrado problemas respiratorios también pueden verse afectados” por que es un escenario al que el organismo no está acostumbrado, en su caso puede haber principalmente “distorsión de la visión, tos e irritación de la tráquea”, afirmó el especialista.
Finalmente, el pronosticador, recomendó pasar el menos tiempo posible en contacto con este fenómeno que se dispersará al momento en que comiencen a ser frecuentes las “precipitaciones moderadas, que son las únicas que pueden, por si solas, limpiar la atmosfera” y desaparecer a desagradable capa de polvo.
Yelimar Requena
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