Protestas, en algunos casos violentas, se han suscitado en varias partes del mundo luego de la ejecución de Nimr al Nimr
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Las tensiones siguen en aumento entre Arabia Saudí e Irán tras la ejecución, el sábado, de un popular clérigo chiita por las autoridades saudíes. Esto desató protestas en varios lugares del mundo.

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió este domingo a los líderes saudíes que sufrirán una venganza divina tras la ejecución del clérigo chiita Nimr al Nimr, uno de los 47 condenados a muerte que fueron ejecutados el sábado. Entre ellos había otros tres chiitas.

La ejecución desencadenó protestas de musulmanes chiitas en varios países vecinos. En Teherán, la embajada saudí fue atacada y parcialmente incendiada en la noche del sábado y aún durante el domingo se produjeron enfrentamientos con la policía, cuando cientos de manifestantes intentaban acceder a la embajada mientras gritaban: «¡Muerte a la familia real saudí

El presidente iraní, Hassan Rohani, condenó lo ocurrido en la delegación diplomática: «El ataque de extremistas contra la embajada saudí en Teherán es injustificable y tuvo consecuencias negativas para la imagen de Irán (…). Este tipo de actos tienen que terminar de una vez por todas».

Las autoridades saudíes rebajaron la importancia de las condenas iraníes, acusando al país persa de apoyar el terrorismo. «Al defender los actos terroristas el régimen iraní es considerado un socio de sus crímenes«, dijo el Ministerio de Exteriores saudí en un comunicado. El texto acusa también a Irán de seguir un «sectarismo ciego».

Las relaciones entre Riad y Teherán se tensaron aún más en los últimos meses al apoyar a partes enfrentadas en las guerras de Siria y Yemen.

Por otro lado, en la provincia de Wasit, en el centro de Irak, cientos de chiitas tomaron las calles pidiendo al Gobierno iraquí el cierre de la embajada saudí, reabierta el mes pasado tras 25 años. Asimismo, en la parte india de Cachemira miles de chiitas se manifestaron en varios lugares contra la ejecución, blandiendo carteles con la imagen del clérigo o llevando banderas negras.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró «profundamente consternado (…). Al Nimr y otros presos ejecutados fueron condenados en juicios que despiertan graves preocupaciones sobre la naturaleza de los cargos y la justicia del proceso«, dijo su portavoz en un comunicado.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, llamó a evitar una escalada de la tensión sectaria en la región: «La seguridad y estabilidad de toda la región, que ya está enfrentando graves amenazas, está en juego».

Los chiitas en Arabia Saudí se quejan de discriminación a la hora de encontrar un trabajo en el sector público o acceder a los beneficios sociales accesibles para otros ciudadanos. El Gobierno niega esas acusaciones, que denunciaba el clérigo Al Nimr, quien exigía más derechos para esa minoría.

LS

Con información de dpa.

Fotografía REUTERS/Stringer.

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