Descubre el dialecto propio de los reos venezolanos. Cómo denominan a cada una de las situaciones diarias de un penal
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De un tiempo a esta parte se nos hacen cada vez más comunes términos como: pran, beta, chigüireo, malandreo, sólo por nombrar algunas palabras. Y no es difícil caer en la tentación de pensar que se trata de una jerga moderna, que usan los «muchachos» y que responde solamente a ese afán de diferenciarse del léxico de sus padres o de personas mayores.

Algunos de estos términos tienen un origen que algunos no sospecharían; la cárcel. Con una intensión legítimamente didáctica e informativa, reproducimos para ustedes un trabajo de nuestra colega Tamoa Calzadilla, publicado en el web Runrunes, en donde a modo de glosario la periodista nos ilustra sobre muchas de estas palabras o incluso situaciones propias del contexto carcelario. Dejamos entonces para su lectura el texto tal como fue publicado.

El submundo carcelario tiene sus propias reglas y, por lo tanto, un lenguaje particular. Se necesita conocerlo para entender algunos de sus valores y comportamientos.

A

– Achicharrao: es un preso que no recibe visita, que no le importa a nadie.

– Alta: máximo gobierno, los luceros del alto gobierno son pranes de otras secciones.

B

– Base: atestiguar y argumentar contra alguien que está en “tela de juicio”.

– Batanero: el que roba dentro de la cárcel. El castigo es apuñalarle las manos varias veces. Las marcas, mal cicatrizadas por lo general, lo persiguen a donde es trasladado. Al verle las manos cualquier preso sabe que es un batanero.

– Beta: un sector que es gobernado por un carro.

– Boca cosida: cuando un preso acaba de ser traslado y se siente en desventaja o quiere protestar por esa otra condición, se cose los labios y declara huelga de hambre y “brazos caídos”. Nadie puede arremeter contra esa persona.

– Bugui: es una carpa, cuarto especial, hecho de pura tela, que cuesta unos 5 mil bolívares.

C

– Caleta: escondite de armas y dinero en efectivo.

– Carro: gobierno dentro de la cárcel, ajeno a guardias, custodios y director. Los cambios de carro son golpes de Estado, que se producen en reyertas con muertos y heridos. Un pran deja de serlo cuando es asesinado por otro que ocupa su lugar con otros luceros.

– Castigos: la idea es provocar sufrimiento: “puñaladas sobre puñaladas, tiros sobre tiros”. Abren heridas sin cicatrizar. Pueden aplicar el “reventarle las piernas”, que es dispararle en ambos miembros inferiores; “guindar”: cuelgan con una soga al cuello a alguien hasta que casi desfallece. Solo en ese momento lo sueltan.

– Centrales: se denominan así a los reclusos que llegan trasladados de cárceles cercanas a Caracas, como Yare o El Rodeo. Están en desventaja delante de los oriundos del sector a donde llegan, que serían los guaros, llaneros, orientales, y otros.

– Causa: con esta palabra denominan dos cosas clave. Una causa o varias “causas” son sus compañeros de delitos que se le acusan (cómplices de la fechoría que son procesados en un mismo expediente). Pero también es una causa lo que el preso paga periódicamente al pran y su “carro” por vivir en ciertas zonas y disfrutar de algunos “privilegios”; por ejemplo, los que venden chucherías y drogas deben pagar por eso. Una causa especial es lo que pagan adicional para una celebración del Día de la Madre o por colocar unos cajones para la discoteca.

– Cincuenta cincuenta (50-50): es un balazo en el centro del estómago; “si te mueres, te moriste y si vives, aprendes que tienes que pagar a tiempo”.

– Cochinos: en algunas cárceles hay corrales con inmensos cochinos a quienes se les lanzan pedazos humanos para desaparecer un cadáver. Al día siguiente, en el pase de número, presos dan la vuelta de la fila para volver a ser contados y que nadie note la falta. Al cabo de un mes, algún privado de libertad se le acerca a un guardia y les informa de una supuesta fuga la noche anterior, para justificar la falta.

– Chigüireo: humillación, vejación, incluso con las visitas.

– Chocones: los presos que no siguen rutina o “la manchan” a cada rato.

F

– Falsa: Es un cacho. Aquella mujer que va de visita y se une sentimentalmente a un recluso que ya tiene mujer. El castigo para ellas se produce una vez termina la visita. Afuera, las “punteras” pueden apuñalarlas, cortarles el cabello y desnudarlas.

G

– Garita: lugar desde donde los reclusos cuidan armados, por guardias periódicas, que nadie “se coma la luz” a ninguna hora del día y la noche. El que se duerme en una garita, se muere.

– Gandules: también denominados “brujas”, “escoria”, “basura”, se drogan todo el día. No respetan reglas.

L

– Lírica: un chisme que corre entre la población y puede traer problemas graves para sus protagonistas. “Se borró la lírica” es que se acabó el chisme después de una “tela de juicio”.

– Luceros: secundan al pran, conforman con él un sistema de gobierno que se llama carro.

– Luz: una regla. Comerse la luz es irrespetarla. Delito que puede costar la vida instantáneamente.

M

– Malandreo: El grupo de reclusos que no quieren trabajar. Sin embargo, las mujeres del grupo de “trabajadores” y del “malandreo” pueden ser amigas y unirse en algunas causas, fuera de la cárcel.

– Mancha: faltar a la rutina es un error que puede costar la vida. “Mancharla” es desobedecer las leyes carcelarias que imponen los presos.

– Melaza: Es la sangre. Uno de los códigos es que el recluso puede golpear a su mujer lo que quiera; pero si le saca melaza recibe castigo.

N

– Número: todos los días, las autoridades oficiales del penal pasan número y revisan que no falte un privado de libertad. Los custodios los hacen enumerarse y pasar frente a ellos para ser contados. El pran de cada letra decide si el preso puede bajar a contarse o debe sacar la mano por la ventana. Hay números que se pasan con nombre y apellido, cuando se sospecha de alguna fuga o muerte. En ese caso, se llama por número, nombre y apellido y cada recluso en su turno responde “¡preso!” y levanta la mano (en lugar de decir “presente” dicen “preso”.

O

– Orden cerrado: imposición nueva en el sistema carcelario por parte del ministerio, les dan formación militar e ideológica, los obligan a cantar himnos a favor del gobierno, Chávez y la revolución. Repiten consignas, les dan principios, doctrina, cantan a favor del socialismo, marchan, dan vueltas con pasos redoblados.

P

– Pacificación: significa “pranificación” para los reos. Es una negociación en la que las autoridades del ministerio le dicen al pran de una cárcel: “¿qué quieres?” y él pide: mujeres, discoteca, piscina, sonido, lo que sea, a cambio de no matar a nadie ni alborotar a los periodistas con reyertas y muertos. Si él cumple, tiene sus beneficios y todo parece tranquilo.

– Pagar la cana: Las mujeres que financian la prisión de sus compañeros. Se encargan de llevar semanalmente el dinero para pagar por la comida y lo que sea necesario, a los líderes carcelarios.

– Paria: que no pelea, no tiene armas, “no habla duro” y la regla dice que nadie debe meterse con él. Quien lo hace, es asesinado por la población del penal.

– Parquero: es la persona que guarda las armas y el dinero en la caleta.

– Pista: por donde se camina. “Se vacila su pista” es que puede caminar libremente. Gran privilegio.

– Pran: líder carcelario. En algunos penales hay un pran principal y varios secundarios, por sectores que le rinden cuentas. También le llaman “Papa”.

– Población: todos los reos que están dentro de un penal.

– Puntera: Es líder de las familiares, la principal y cuida que se cumplan la reglas, para que aún afuera de las rejas nadie “se coma la luz”.

R

– Rutina: es la ley de la cárcel, impuesta por los mismos presos. Tiene que ver con el respeto a la visita, guardias para cuidarse entre ellos mismos, pagos y comportamiento en general. No está escrita.

– Sistema: es cuando se cumple solo lo que le provoca al pran, que no siempre se lleva por “la rutina”.

– Revolucionar: Trabajar, trajinar y conseguir dinero dentro de la prisión.

– Rutinaria: Las que no faltan a una visita, son conocidas porque siempre llevan comida, participan de la pernocta y hacen vigilias y protestan cuando es necesario.

T

– Tela de juicio: en medio de un círculo, todos de pie y frente al carro, se juzga a un preso por su actuación y se toma decisión con respecto al castigo que recibirá.

– Testigo: el que acusa y señala en el juicio. Su sinónimo es “pajúo”. Muy mal visto. Es de las peores palabras o acusaciones en un penal.

V

– Varones: cristianos evangélicos, con sus propias leyes. Caminan más libremente por los penales y suelen ayudar a trasladar presos de un lado a otro por alguna necesidad

– Visita: familiares y amigos que acuden a la cárcel en los horarios establecidos y en ocasiones pernoctan. Es ley que se respeten por encima de todo: en algunos penales no pueden mirarse a los ojos, no se piropean mujeres, no se presentan ante ellos sin camisa o descalzos.

W

– Warner: En algunas cárceles, cada lunes a las 11 de la mañana es el momento del cobro de causas y otras deudas. A eso le llaman “Lunes de Warner”. El que no tiene para pagar recibe un castigo: puñaladas y tiros en partes del cuerpo y en cantidades que decide el pran. Ahí se cobran las “causas”. “El juego del terror”.

Y

– Yensi: es el órgano sexual masculino.

Fuente Tamoa Calzadilla, vía Runrunes.

Fotografía Gettyimages.

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