El Gobierno británico busca combatir los altos índices de obesidad que se registran
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El Gobierno británico anunció un nuevo impuesto contra las bebidas que contengan azúcar, en un intento por reducir la obesidad infantil. Este nuevo impuesto, conocido como sugar tax, pretende recaudar 520 millones de libras al año, que se utilizarán para fomentar el deporte en las escuelas de educación primaria del país.

No es el único intento que últimamente se ha hecho para modificar los hábitos gastronómicos de los británicos a través de impuestos y leyes.

En 2012, el canciller del Tesoro George Osborne fracasó en el intento de gravar el tentempié. Para los británicos era demasiado que se encarecieran snacks como los sausage Roll o cornish pasty.

Luego llegó la idea de poner un precio mínimo a las bebidas alcohólicas, pero se dieron cuenta de que la iniciativa violaba la legislación de la UE.

Cuando el Estado interviene en lo que sus ciudadanos ponen en el plato o en lo que beben, el tema provoca ampollas. No obstante, casi todos están de acuerdo en que hay muchas personas con sobrepeso y en que los dolores en las articulaciones y otras enfermedades derivadas de ese sobrepeso constituyen un problema grave. Así lo reflejan las estadísticas.

En ese sentido, el impuesto a las bebidas azucaradas que Londres introducirá prácticamente no cuenta con oposición, salvo, claro está, por las empresas que se verán afectadas.

Aunque no queda claro de cuánto será el impuesto, la idea es que se pague por contenido en azúcar. Habrán dos niveles: a partir de cinco gramos y a partir de ocho gramos por cada 100 milímetros.

Samuel Bello

Con información de dpa.

Fotografía Gettyimages.

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