La demencia es una condición que ocurre generalmente en la edad avanzada y es poco común en personas menores a los 60 años. Se caracteriza por ser una pérdida de la función cerebral que ocurre con ciertas enfermedades y afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento. La mayoría de sus tipos son irreversibles o degenerativos.
La demencia puede deberse a muchos accidentes cerebrovasculares pequeños, lo cual se denomina demencia vascular. También, algunas enfermedades pueden desarrollar la demencia, como el VIH/sida y el Parkinson, entre otras.
Algunas causas de demencia vascular se pueden detener o contrarrestar si se detectan a tiempo, entre ellas, el consumo excesivo de alcohol, cambios en los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre, y el uso de ciertos medicamentos.
Las personas con esta condición pueden tener dificultad con el lenguaje y la comunicación, la alimentación, la memoria, el cuidado básico de sí mismas y llevar a cabo las actividades rutinarias, como preparar alimentos, pagar las cuentas y socializar, entre otras, conocidas como actividades instrumentales de la vida diaria.
Quienes padezcan pérdida prematura y leve de la memoria pueden desarrollar estrategias específicas que los ayuden a continuar llevando a cabo las actividades que le son significativas del día a día. Algunas de estas estrategias son:
- Apuntar citas y otras actividades en una agenda o calendario. Mantenerlo en un lugar obvio, como al lado de la cama o pegado de la nevera. Para esto, se puede utilizar, también, la tecnología disponible en el celular, computadora o tableta electrónica, ya que estos equipos cuentan con aplicaciones sencillas donde se pueden anotar actividades con fecha, hora, y lugar, e igualmente puede activar un sistema de alarma que avisa a tiempo cada actividad o cita.
- Colocar mensajes donde en lugares visibles de la casa, como el espejo del baño, al lado de la cafetera o al lado o sobre el teléfono.
- Mantener una lista de números telefónicos importantes al lado de cada teléfono, incluyendo el celular.
- Tener en lugares visibles dentro de la casa relojes y calendarios para permanecer orientado en todo momento con respecto a la hora y la fecha.
- Poner una etiqueta con identificación a los artículos importantes y de mayor uso.
- Desarrollar hábitos y rutinas sencillas que sean fáciles de seguir.
- Practicar continuamente actividades que estimulen y mejoren el proceso del pensamiento y la memoria, como: crucigramas, Sudoku, juegos de mesa variados, aprender canciones o pasatiempos nuevos, hacer la rutina de ejercicio de manera diferente cada vez
- Utilizar rutas diferentes o alternas a las que usualmente usa.
- Leer el periódico diariamente y libros de temas de su interés, entre otras actividades.
Poner en práctica estos consejos de forma sistemática y continua, en conjunto una alimentación sana y un régimen de ejercicios físicos (como caminar todos los días) ayudará a que su cerebro se ejercite diariamente, facilitando que el proceso de pensamiento y la memoria se mantengan funcionales y activos por más tiempo.
AG
Con información de El Nuevo Día.
Fotografía Gettyimages.
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