DOBEL LLAVE – El gobierno afgano trasladó este lunes 9 de noviembre su deseo de que la nueva administración del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, «revise y revalúe» el proceso de paz entre Kabul y los talibanes, para abordar así los problemas que llevaron a la falta de progresos tras dos meses de diálogo en Doha.
«Esperamos que el gobierno de Estados Unidos, bajo su nuevo liderazgo, revise y revalúe el proceso de paz hasta ahora», su falta de avances, afirmó el vicepresidente segundo del Ejecutivo afgano, Sarwar Danish, durante una reunión en Kabul.
Según el vicepresidente, esa revisión es necesaria para que «los problemas existentes se resuelvan y todas las partes apoyen el proceso de paz de manera más responsable, precisa y en base a la realidad».
Asimismo, Danish culpó directamente a los talibanes, puesto que su «falta de flexibilidad es el principal motivo por el que las conversaciones en Doha están estancadas» y no se producen avances desde el inicio del diálogo el pasado 12 de septiembre.
Esta situación llevó a que, de acuerdo con el vicepresidente, «el pueblo afgano haya perdido la confianza» en las conversaciones de paz y cuestione al gobierno por haber dado ciertos «privilegios» a los talibanes, entre ellos la liberación de 6.000 insurgentes, cuando además «la mayoría» de los excarcelados han roto su promesa y «regresado al campo de batalla».
La liberación de esos prisioneros, a los que se sumaron un millar de miembros de las fuerzas de seguridad en manos de los insurgentes, se pactó el pasado febrero en Doha con la firma del histórico acuerdo entre EE.UU. y los talibanes, y era un requisito fundamental para el inicio de las conversaciones de paz intraafganas.
Aumento de la violencia es algo inaceptable
Pero el vicepresidente afgano denunció que el aumento de la violencia en el país y los sucesivos asesinatos selectivos mientras se desarrollan las negociaciones de paz es algo «inaceptable» y también una «clara violación» del acuerdo entre EE.UU. y los talibanes.
«Esto muestra que este grupo talibán todavía insiste en su postura belicista y no cree en una solución pacífica», subrayó.
Uno de los principales objetivos del gobierno afgano era que se declarase cuanto antes un alto el fuego tras el inicio de las conversaciones, pero los talibanes insisten en que los combates contra la administración de Kabul y sus tropas forman parte de su yihad o guerra santa y no la detendrán hasta que sean derrocados.
Además, los talibanes insisten en que el acuerdo con Estados Unidos firmado en febrero sea el texto base para avanzar en las negociaciones, cuando el Estado afgano remarca que eso no es posible, debido a que no participaron en su redacción ni fueron invitados a estampar su rúbrica en él.
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Gabriela Morales
Con información de La Vanguardia
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