Test caseros que pueden salvarte la vida

Conocer nuestra humanidad es el arma más eficaz para prevenir cualquier enfermedad. Asistir con regularidad al médico es necesario, pero también es cierto que el dinamismo del día a día no permite estar de lleno en chequeos que cada vez más pierden eficacia. Por ello debes aprender pequeñas pruebas que tú mismo puedes realizar para conocer tu estado de salud.

1. Alertas con la visión: mira el marco de la puerta desde el otro lado de la habitación tapando tu ojo derecho durante 30 segundos, cambia al izquierdo y repite la operación. Si no logras verlos derechos y parecen distorsionarse, acercarse o alejarse, podrías estar desarrollando algún problema de visión que finalmente conduzca a la ceguera.
2. Examinemos la saliva: coloca una cucharilla en la parte superior de la lengua, lo más atrás posible, luego guárdala en una bolsa de plástico y déjala bajo la luz de un flexo durante un minuto. La saliva debe ser incolora y no tener olor, si es densa con algún color y huele mal puede ser síntoma de algún problema en el aparato respiratorio, hígado, riñones o flora intestinal.
3. Atención arterias: recuéstate en la cama y utiliza cojines para elevar las dos piernas en un ángulo de 45 grados durante un minuto, luego siéntate y deja colgando tus piernas en un ángulo recto de 90 grados. Si alguno de tus pies se torna pálido al elevarse y tarda demasiado en recuperar su color, o se vuelven demasiado rojos al quedar colgando, puede que tengas las arterias bloqueadas.
4. Eructos en pro de tu estómago: en un vaso de agua disuelve una cucharadita de bicarbonato de sodio y bébelo en ayunas. Si antes de cinco minutos eructas es porque tus niveles de ácido estomacal son saludables y reaccionaron al bicarbonato liberando dióxido de carbono, por el contrario si no eructas, puede que tu nivel de acidez en el estómago sea demasiado bajo, indicando una incorrecta absorción de nutrientes.
5. Movilidad a contra reloj: coloca una silla y pide a un amigo que se coloque justo a tres metros de ésta con un cronómetro, siéntate y a la señal levántate, llega hasta él, date la vuelta y vuelve a sentarte, verifica el tiempo. Si realizas la prueba en 10 segundos o menos tu movilidad se encuentra en perfecto estado, si tardas entre 13 y 20 segundos tu equilibrio puede estar algo debilitado, pero su superas los 20 segundos acude al médico a chequear tu desarrollo motor.

No es necesario esperar que los síntomas hagan estragos para detectar algún padecimiento, el diagnóstico a tiempo siempre es oportuno con el fin de alcanzar resultados fructíferos para tu salud. No descuides tu humanidad y abre espacio en tu agenda para retar tu cuerpo.

YR

Con información de El Confidencial.

Fotografía Gettyimages.