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DOBLE LLAVE – El problema eléctrico ha acaparado el interés mediático de forma exorbitante y  es que son muchas las denuncias que se han presentado respecto a las fallas constantes de luz  que durante el primer trimestre de 2016 han sido asociadas a la sequía, pero que en realidad no son una novedad en la realidad venezolana.

El Parlamento discutió la semana pasada el problema de la energía, constatando que las fallas han dicho presente desde 2009 cuando se padeció una crisis a razón del fenómeno de El Niño y se decidió destinar un presupuesto a nuevos proyectos termoeléctricos. Las lluvias de 2010 agravaron el problema y trajeron consigo racionamientos que nunca desaparecieron.

El ingeniero industrial, Hernán Bastardo, explicó que los cortes de luz no iniciaron tras la actual sequía, por el contrario “se trata de un repetitivo problema que han tenido que sobrellevar sobre todo los ciudadanos del interior” y que ahora tomó protagonismo al comenzar a afectar a las grandes ciudades del país.

Bastardo precisó que el «problema eléctrico es algo que se dejó acumular», llegando al punto crítico que obligó al Estado a presentar unos racionamientos que en realidad “no son noticias nuevas sino el punto álgido de una situación vieja de la que se hicieron de la vista gorda”.

Según el ingeniero, Venezuela es excesivamente dependiente de la Central Hidroeléctrica del Guri, la cual es responsable de dos tercios de la electricidad de todo el país y viene arrastrando problemas de desgaste sujetos a un “pobre mantenimiento”.

Es importante señalar que aquel “mantenimiento deficiente” es el resultado de la corrupción que ha imperado en el sector eléctrico, el cual según lo señalado en el hemiciclo por el diputado de la MUD, Stalin González, ha recibido 21 mil millones de dólares desde 2010 lo que demuestra que la crisis eléctrica no es un fallo de inversión.

En cuanto al futuro, Bastardo consideró que, luego de superar la crisis, es necesario hacer frente a la realidad del servicio eléctrico y destinar inversiones a diversificar el sistema de generación, apostando por opciones renovables con la instalación de parques eólicos o paneles solares que acaben con la dependencia sostenida sujeta al Guri.

En tanto se restablece el nivel de la hidroeléctrica solo queda esperar. “La falta de mantenimiento, excesiva demanda y pocos fondos disponibles obligan a los venezolanos a esperar porque la naturaleza les asegure el servicio público” sentenció el especialista.

Yelimar Requena

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