Los expertos aseguran que reconocer las variaciones puede prevenir las alteraciones y posteriores complicaciones en el cuerpo
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DOBLE LLAVE – Desde el momento de gestación, el ser humano se encuentra en una espiral de cambios que solo se detiene cuando este fallece. Esa serie de variaciones imparables pueden ser altamente contundentes durante ciertas edades, como por ejemplo cuando el niño está creciendo y desarrollando fortaleza en sus huesos o como cuando el adulto mayor empieza a notar cambios en su forma de vida.

Con respecto a este tema, la mayoría de los adultos mayores no conocen cuáles son los hábitos saludables que prevendrían a largo plazo complicaciones luego de los 65 años. A pesar de que este proceso no es el mismo para cada persona, algunas características son muy similares, así lo explica la doctora Magda Carlas, quien se especializa en el departamento de nutrición de una reconocida clínica en Barcelona y asegura que a partir de la edad mencionada se producen en el organismo por lo menos 10 cambios significativos y notables:

1- Menor capacidad digestiva, debido a que se segrega menos saliva y se generan menos jugos gástricos. A esto se le suma que con mucha frecuencia el proceso de masticado es menos efectivo debido a los problemas con las piezas dentales y su funcionamiento.

2- Cierta pérdida de los sentidos del gusto y del olfato, motivo por el cual es más difícil distinguir los sabores y olores de los alimentos. Incluso, pueden haber alteraciones con las sensaciones de apetito.

3- Disminución de la motilidad digestiva, por lo que suele desarrollarse una tendencia mayor al estreñimiento.

4- Disminuye la absorción de nutrientes, y así es más fácil que las carencias en el organismo ataquen al sistema y falle el hierro y el calcio.

5- Las arterias pierden elasticidad, por lo que la posibilidad de enfrentarse a hipertensión y enfermedades cardiovasculares aumenta.

6- Está la tendencia marcada a perder masa muscular y a aumentar los depósitos grasos del cuerpo.

7- Disminuye la masa ósea considerablemente, especialmente si hay sedentarismo.

8- El filtrado renal disminuye a tal punto que el organismo tiene menos capacidad de eliminar sustancias nocivas para el cuerpo.

9- Pérdida progresiva de agua corporal. Por este motivo se suele decir que el envejecimiento es parte del proceso de deshidratación.

10- Menor capacidad de reacción inmune ante virus o bacterias.

A pesar de estos cambios, Carlas sugiere a los pacientes que no se alarmen con respecto a estos procesos, debido a que no todo ocurre de forma simultánea, sino que es progresivo y aunque suene increíble cuenta con dos aspectos positivos, «El primero es que si se están produciendo quiere decir que la persona ha llegado a esa edad y, en segundo lugar, que al ser conocedor de estos cambios hace que la persona se conciencie y pueda hablar con su médico o nutricionista para prevenir complicaciones y para mejorar su bienestar en su proceso de envejecimiento» puntualiza la experta.

Ninoska Moncada / @ninoskamci

Con información de ABC

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