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DOBLE LLAVE – Pese a las nuevas medidas anunciadas por el gobierno chileno entre ellas, un cambio de gabinete, el lunes miles de personas volvieron a marchar en el centro de Santiago, en este caso de camino al palacio de La Moneda (la sede del Ejecutivo), para reclamar reformas estructurales que generen una sociedad más justa.

Los actos de ese día fueron tan desastrosos como los que dieron pie al estallido social el viernes 18 de octubre, con la nueva quema de algunas entradas a las estaciones del Metro que habían estado en funcionamiento hace tres días.

Asimismo, un centro comercial a cuatro cuadras de la presidencia, y abajo de un edificio residencial de 19 pisos, ardían presuntamente por explosivos usados en enfrentamientos entre la policía y manifestantes.

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“No es la gente que quiere la justicia social, que quiere algo mejor, es la gente que quiere destrucción y caos”, dijo por la noche Karla Rubilar, nueva vocera de gobierno, que hizo un llamado a todos los sectores a condenar esta violencia.

Rubilar añadió que las protestas tienen dos caras, una pacífica en la Plaza Italia y una postal de destrucción y caos convocada el sábado por la «marcha de los guerrilleros».

Gabriel Velásquez

Con información de BBC

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