Cada vez que sales a vender deberías tener muy claro qué producto de quieres venderle a ese cliente concreto
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Las ventas definen, en gran parte, el éxito de un negocio, y con respecto a eso algunos expertos aseguran que vender es fácil, lo difícil es concretarlo. Para no tener problemas a la hora de ofrecer productos o servicios se recomienda no caer en los siguientes errores:

Monologar sobre tu producto

Es preferible escuchar al cliente que monologar sobre las bondades de nuestro producto y decir cosas como que “podemos adaptarnos a cualquiera de sus necesidades”.

Cuando se trata de evangelizar sobre un nuevo producto, un nuevo servicio, una nueva tecnología, hay que hablar primero del problema que vas a resolver. La fórmula más directa de llegar al mercado consiste en hacer tú primero el esfuerzo de conocer las necesidades de tu cliente y detectar qué problema es exactamente el que le vas a solucionar. Luego ya le cuentas cómo.

No puedes ir a una entrevista con una idea preconcebida

En una reunión puedes encontrarte con situaciones en las que no puedes ser contundente desde un punto de vista comercial, y si no puedes ser contundente en ese momento, pierdes la venta.

No está el mercado como para desaprovechar ninguna oportunidad. Hay que ir a una reunión con todas las posibilidades en la cabeza o en papel que puedan surgir. Así no se te escapa una venta. Cerrar es lo importante. No puedes decir: te lo digo otro día. El cliente tiende a perder el interés.

Dar un precio antes de saber lo que quiere el cliente

Es muy normal que el cliente interesado por un producto te pregunte: ¿qué precio tiene? La respuesta correcta debe ser: dame todos los detalles de lo que necesitas y te lo enviaré exacto. Y suelen insistir con frases como: pero… ¿más o menos? Si das un precio orientativo sin conocer con exactitud lo que necesita el cliente te arriesgas a quedar por encima o por debajo y después es muy difícil decirle que es más caro de lo que aventuraste

Dar demasiadas opciones

Una cosa es tratar de orientar al cliente hacia el producto que tú quieres planteándole dos opciones alternativas y otra muy distinta es darle a elegir entre siete opciones. Tú puedes tener una gama, pero debería ir enfocada a clientes diferentes. Cada vez que sales a vender deberías tener muy claro qué producto quieres venderle a ese cliente concreto. Lo primero que hay que ver es cómo y dónde nos queremos posicionar.

DS

Con información de Emprendedores.

Fotografía Gettyimages.

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