La aplicación de este instrumento se encuentra en discusión en el consejo permanente
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DOBLE LLAVE – Venezuela atraviesa desde hace no breve tiempo una de las mayores crisis, en toda su historia, al decir de estudiosos y expertos. Desde escasez de medicinas, desabastecimiento de los productos de más consumo, otros problemas económicos, hasta inseguridad y corrupción. El país y los venezolanos se encuentran en la búsqueda de soluciones diversas, muchas pasan por un verdadero diálogo que no termina de darse, y ¿por qué no? de apoyos distintos para lograr solventar la situación.

Recientemente, la oposición solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) la activación y aplicación de la Carta Democrática. El secretario general, Luis Almagro, atendió dicha solicitud y llevó, a través de un informe, la situación de Venezuela ante el Consejo Permanente y el resto de los Estados que conforman esta organización. Voceros del gobierno venezolano manifestaron su desacuerdo con tal posibilidad y la han adversado.

El equipo de redacción de DOBLE LLAVE, conversó con el licenciado en Estudios Internacionales Rubén García, para que sobre la tan nombrada Carta Democrática, su aplicación y sus presuntos beneficios, ofreciera su opinión y datos más relevantes.

“La Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de septiembre de 2001, reconoce que la democracia representativa es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región; por lo cual los Estados miembros se comprometen a promoverla y defenderla. Se considera a esta forma de gobierno como elemento vital para el ejercicio ciudadano de las libertades fundamentales y los derechos humanos, consagrados en la Constitución de cada país y en los instrumentos interamericanos e internacionales del área”, precisó.

La mejor Carta Democrática es la expresión constitucional del pueblo

García explica que este instrumento solo puede intervenir en temas diplomáticos y morales, pero no puede llegar más allá. “Las sanciones y medidas que puede tomar la OEA vinculadas con la aplicación de la Carta son netamente diplomáticas y morales, dado que no se tiene la potestad de intervenir directamente en los asuntos internos de los Estados, respetando los principios de soberanía y de libre determinación de los pueblos”.

Por otro lado, el experto en política y diplomacia, aseveró que «intervenir» en un Estado con intenciones democráticas nunca ha traído buenos resultados. “La historia política internacional actual nos ha dado claros ejemplos sobre que la intervención de un Estado en aras de la democracia no da como resultado o no ha generado un cambio político sustentable y beneficioso para todos. Más bien, ha producido otros males como el Estado Islámico”.

Por último, el internacionalista destacó que aquellos que deben garantizar su estabilidad y desarrollo o bonanza, quienes debemos hacerlo, con o sin Carta Democrática, somos el pueblo venezolano en su conjunto. “Al final, con la aplicación de la Carta Democrática o no, el responsable de efectuar los cambios que garanticen el pleno ejercicio democrático será el pueblo del Estado cuestionado, mediante el uso de los procedimientos que estipule su Constitución. La unión proactiva y responsable, sin prejuicios y distingo de razas o posición social de los ciudadanos de una nación, será la mejor Carta Democrática, porque es el pleno ejercicio de sus deberes políticos y refuerza la identidad nacional”.

Krystian Tovar

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