Se negó a abortar y ahora atraviesa un enfrentamiento con el padre biológico de los tres hijos que llevó en su vientre
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Melissa Cook, de 47 años, acaba de dar a luz a tres bebés que al ser prematuros están siendo tratados en un hospital californiano. Pero Cook fue la madre de alquiler de los niños y por eso no tiene contacto con ellos desde que los trajo al mundo.

La causa es el enfrentamiento legal con el padre biológico de los pequeños, un empleado postal de 50 años de Georgia que vive con sus padres, ya mayores, y que quería que abortara al menos a uno de los tres.

Los centros de fertilidad son un negocio lucrativo en Estados Unidos. La oferta para ser padres es bastante más amplia que en otras partes del mundo e incluye opciones como elegir si el futuro bebé será niño o niña. Jeffrey Steinberg, médico especialista en este tema y dueño de los Fertility Institutes en Los Ángeles, también quiere ofrecer la posibilidad de elegir el color de los ojos o del pelo mediante cribado genético de los embriones en cuanto sea técnicamente posible.

Melissa Cook, madre de cuatro hijos, ya había sido antes madre de alquiler y repitió la experiencia en 2015. Su abogado Harold Cassidy subraya que lo hizo por humanidad y porque necesita el dinero.

Cook encontró una agencia que la puso en contacto de forma muy sencilla con el padre biológico, que ansiaba tener un descendiente varón. El hombre utilizó su semen para fecundar óvulos de una donante de 20 años y cerró con Cook un contrato por 33 mil dólares si llevaba a término el embarazo y el parto con éxito, y otros seis mil dólares en caso de que naciera más de un niño.

Steinberg implantó a Melissa Cook tres embriones previamente seleccionados, todos varones. Esto pese a que al ser la donante de los óvulos muy joven era bastante probable que todos fructificaran.

Eso fue de hecho lo que ocurrió, y fue demasiado para el futuro padre. Según su abogado, Robert Walmsley, este estaba preocupado por el riesgo que existía por tratarse de un embarazo múltiple y porque no tenía dinero para afrontar los mayores costes médicos.

A todo ello se sumó que Cook sufrió diabetes del embarazo y que descubrió que su seguro no cubría las complicaciones surgidas de una maternidad subrogada.

El padre le reclamó entonces que abortara a uno de los tres fetos, una «reducción», como se llama a la práctica no inhabitual en la medicina de reproducción asistida. Pero ella se negó. «Todos los bebés están sanos y yo estoy a favor de la vida», declaró al Washington Post.

Incluso se ofreció a criar al niño «sobrante» tras el parto. Pero el padre lo rechazó, al igual que fuera dado en adopción. Al final se decidió a quedarse con los tres, pero entonces fue Cook la que ya no estaba de acuerdo.

Por eso, buscó la ayuda del abogado Harold Cassidy, un conservador conocido por su oposición al aborto y a la adopción. El letrado alegó ante la Corte Suprema de Los Ángeles que Cook es la madre legal de los tres niños, no biológica, pero sí por el hecho de que fue quien los llevó en su vientre.

El caso promete dar de que hablar en las próximas semanas.

Samuel Bello

Con información de dpa.

Fotografía Gettyimages.

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