Irán se mostró este miércoles dispuesto al diálogo con Arabia Saudí y prometió una acción severa contra los responsables del asalto a la embajada saudí en Teherán, después de que la monarquía del Golfo rompiera las relaciones bilaterales, desatando una crisis diplomática regional.
«Los atacantes son criminales cuyos actos ilegales y no islámicos han dañado la imagen internacional de Irán«, dijo el presidente iraní, Hassan Rohani. El ministro de Exteriores iraní, Mohammad Yawad Zarif, había condenado antes el ataque y prometió una acción dura contra los responsables. Hasta el momento, 50 personas han sido detenidas.
Omán, miembro del Consejo de Cooperación del Golfo, condenó este miércoles el ataque contra la embajada saudí en Teherán, que consideró inaceptable, pero mantuvo sus relaciones con Irán, aunque estuvo a punto de rebajarlas.
«Queremos amistad, hermandad y buenas relaciones con todos los países de la región«, destacó también Rohani, después de que el líder supremo, el Ayatolá ALi Jamenei, amenazara a los líderes saudíes con la «venganza de dios«, tras la ejecución de Al Nimr.
«Todos los países de la región deberían unirse, especialmente en la lucha contra la amenaza actual del terrorismo», añadió Zarif. Sin embargo, acusó a Arabia Saudí de bloquear continuamente los intentos de colaboración constructiva. «Irán siempre ha mostrado y continuará mostrando paciencia en esa cuestión», señaló.
La actual crisis diplomática es la más grave desde 1988, tras los enfrentamientos entre las fuerzas saudíes y los peregrinos iraníes, que desataron una crisis que duró tres años.
Mientras tanto, la ejecución del clérigo chiita sigue provocando protestas entre los chiitas de la región. Miles de iraquíes condenaron este miércoles la ejecución con una manifestación en el centro de Bagdad, muchos vestidos con uniforme militar y blandiendo imágenes de Al Nimr.
LS
Con información de dpa.
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